Estadísticas de la final (FIBA)
La final arrancó con un rápido parcial de 5-0 para las checas, más acertadas que una selección española que chocaba contra la defensa rival. Había que mejorar atrás (se hizo enseguida) y pelear por cada balón, como demostró Gedna Capel para sacar la falta, aunque la sequía continuó hasta los cinco minutos y medio de juego, cuando una falta sacada por Julia Rueda permitió abrir el marcador. El 5-2 a 4:20 demostraba la enorme intensidad del encuentro. España buscó la velocidad y así, a la carrera, Txell Alarcón sumó dos puntos más. La República Checa también apretó, pero la defensa española ya estaba preparada. Si Lucie Ceralova acertó desde media distancia, Alarcón lo hizo desde lejos: ¡empate a siete! Y otro triple, de Laia Lamana, permitió a la seleccion ponerse por delante. Al final del primer cuarto, 10-12.
La selección ya había encontrado su juego y alargó la distancia con dos puntos más antes del tiempo muerto de la seleccionadora checa, Romana Ptackova. Su equipo ganó en dinamismo y lo agradeció. El segundo cuarto se convirtió en un intercambio de golpes, con España por delante (12-16), aunque también con una perenne sensación de equiibrio porque los dos equipos buscaban el aro. Noa María Djiu lo encontró con un valioso rebote ofensivo. Y el tercer triple de Alarcón lanzó a España hasta 12-21. Con una sólida defensa y verticalidad en ataque, la selección se escapaba en el marcador. También con pelea constante para frenar la reacción checa y mantener los nueve puntos al descanso: 14-23.
Cualquiera lo hubiera firmado. No solo por la ventaja, también por la imagen de una selección tan seria como atrevida. Pero enfrente había un rival muy duro, como demostró recortando tres puntos en tres minutos y seis en la primera mitad del cuarto. Con 24-26, la final volvía al equilibrio inicial. En el momento más oportuno, España recuperó la velocidad y el acierto desde lejos (nuevo triple de Txell Alarcón) para mantener el ligero colchón. Otro acierto de la tiradora del Araski (ya en 15 puntos) alejó el peligro y a la vez lanzó a la selección, que, a falta de diez minutos, mantenía los nueve puntos: 28-37. Tocaba resistir la presión de la República Checa. A 6:21 para el final, casi nada había cambiado (33-40), aunque las checas no se rendían... y lo demostraron poniéndose a tres (37-40) apenas dos minutos después. En la misma acción. Elba Garfella ganó un valioso rebote defensivo y sacó la falta. ¡Dos puntos más! Sin embargo, otro rebote, este de Dominika Paurova, supuso el 39-42 con dos minutos por delante y una rápida contra dejó a las checas a uno. Como en el resto del partido, la selección supo aguantar y el 41-45 de Mama Dembele valió oro. ¡Nunca mejor dicho!