Pablo Laso acudió al Día del Mini de la FBM como un padre más. El técnico cambió el banquillo del Real Madrid por la grada para animar al equipo de su hijo, un HM Torrelodones Negro que se alzó con el bronce en Alevín masculino de segundo año. Y aseguró que "en la grada se sufre más que en la pista. Debajo te pones a jugar o a entrenar y te metes en el partido. Normalmente el que está en la grada sufre más".
Laso calificó el Día del Mini, organizado por la Federación de Baloncesto con la colaboración del Ayuntamiento de Leganés, el CB Leganés y Marco Aldany, como "un día para disfrutar. Se juntan un montón de niños a los que les gusta el baloncesto. Es un ambiente muy bueno, se ven buenos partidos y hay muy buen nivel tanto en chicas como en chicos. Y los padres aquí estamos... sufriendo, aunque en mi caso ahora estoy contento porque han ganado".
¿Y que les diría el técnico campeón de Europa a los chavales de minibasket y a sus padres?: "A los chicos les digo siempre que les guste mucho, que se lo pasen bien jugando al baloncesto. Porque el baloncesto tiene muchos más valores que meter canastas: el trabajo en equipo, el compañerismo, pasarse el balón, defender.... Por eso es un deporte que emociona tanto. Y a los padres solo les diría que dejen a sus hijos disfrutar, que dejemos a los hijos disfrutar... Lo único importante es que se lo pasen bien. Ya están sus entrenadores para decirles los que les tengan que decir. Que no seamos unos hooligans aquí arriba deseando que a nuestro hijo le vaya bien o que el árbitro no se equivoque... Que vengamos, disfrutemos viéndoles jugar a ellos y al final del día pensemos que han crecido como jugadores y como personas".
Tanto para Pablo Laso como para su familia fue un día especial: "El niño no estaba especiamente nervioso, pero sabía que era un día importante. Esta mañana, cuando yo salía de casa, me preguntaba si iba a venir a verle al partido. Estaba un poco más nervioso que otras veces pero es normal que sintiera algo especial". Eso sí, en Leganés, Laso fue un padre más sin la tentación de dar algún consejo: "Para nada. Yo vengo aquí solo como padre. No se me ocurre decir nada. Lo único que quiero es que los chicos se lo pasen bien y el equipo de mi hijo tiene un entrenador que lo hace muy bien. Él es quien tiene que tomar las decisiones, él y los chicos".
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