Quizá no fue el partido más brillante ni el más vistoso, pero el Estudio-Pozuelo, el segundo de la serie, resumió  la temporada más igualada de los últimos tiempos. En octavos de final de Primera Nacional masculina, cinco eliminatorias llegaron al desempate. En cuartos, tres. La que enfrenta a Estudio y Pozuelo es una de ellas tras un encuentro intenso de principio a fin, que comenzó con dominio visitante (4-21, 11-23...) pero también tuvo ventajas locales (39-35) hasta el definitivo 59-66. El sábado vuelven a enfrentarse. Todavía queda lo mejor...

Estudio 59 (11+16+18+14): Miguel Goyanes, Juan Teulon, Rodrigo Álvarez, Antonio López, Eduardo Vidal -cinco inicial- Pablo Ibon, Julio García, Jorge Peñalva, Vicente Porto, Juan Ruiz-Rivas, Ignacio Iriarte, Juan Velasco.

Pozuelo 66 (23+8+14+21): Jorge González González, Andrés Bedate, Javier Lorca, Carlos Arias, Alejandro Monteagudo -cinco inicial- Javier Vicente, Jorge González Hernández, Carlos Arce, Pablo Mora, Zygimantas Sabonis, Miguel Fariñas, Carlos Millán.

Árbitros: Checa y Zamorano.

Estudio y Pozuelo, aspirantes al ascenso y residentes en el oeste de Madrid, se jugaban toda la temporada a una carta. Sobre todo los segundos. Tras caer en el primer encuentro de la serie, solo les valía ganar en un pabellón Paco Hernández abarrotado. Se avecinaba un partido de alta tensión. Como casi todos los de este final de temporada.

El tiro exterior, como este de Jorge González González, fue uno de los argumentos del Pozuelo.

Los visitantes comenzaron imponiendo respeto con un triple de Alejandro Monteagudo y un rebote capturado por  Carlos Arias. 0-5 en apenas un minuto y la sensación de que el Pozuelo salía a todo gas. El tiempo muerto local no se hizo esperar. Borja González de Mendoza paró el partido y reordenó sus piezas, pero los hombres de Sergio Vicente seguían intratables y Andrés Bedate amplió la ventaja antes de la primera canasta local.

Los visitantes se la jugaban por dentro para aprovechar la fuerza de Arias, que anotaba o forzaba falta después de combatir contra dos o tres contrarios. Y si bajo los tableros saltaban chispas, por fuera tocaba correr. Los jugadores del Estudio tardaron en asentarse sobre la pista y su rival lo aprovechó (2-10 a los cinco minutos tras una canasta de Arias). El primer cuarto tuvo claro color visitante. Tres triples seguidos de Jorge González González (dos) y Bedate (uno) lanzaron al Pozuelo a un demoledor 4-21, aunque los locales tiraron de garra y casi triplicaron sus puntos en los últimos tres minutos. El 11-23 al final del primer periodo reflejaba la superioridad del Pozuelo pero no era decisivo.

Mano a mano entre Jorge González González y Juan Velasco.

El Estudio estaba dispuesto a volver al partido. Y lo hizo en apenas minuto y medio. Lo que tardó en ponerse a seis: 17-23 tras un triple de Juan Velasco. Entonces, Sergio Vicente tiró de banquillo y recurrió a Zygimantas Sabonis, el hijo mayor del mítico Arvidas. Entre él y Carlos Millán fabricaron la canasta que cortaba la racha local. Acto seguido, Sabonis se lució con un tapón. El Pozuelo mantenía la iniciativa aunque sin la abrumadora superioridad de los primeros minutos. Solo con mucho trabajo en defensa y con segundas o terceras acciones en ataque, conseguía abrir algo de hueco (19-27 a 5:35 para el descanso). Pero el Estudio seguía ahí, como demostró el triple de Pablo Ibon. Los locales llegaron a ponerse a cuatro gracias a un triple de Miguel Goyanes (25-29) y ahí se mantuvieron al descanso (27-31).

Un triple de Eduardo Vidal nada más empezar el tercer periodo estrechó aún más el margen: 30-31. Los 17 puntos que llegó a tener el Pozuelo se habían esfumado. Cuando más falta hacía, Bedate se echó a su equipo a la espalda. Anotó y, justo después, se hizo con un rebote que desembocó en el 30-35 de Jorge González González. Los visitantes eran superiores bajo los aros y disponían de dos o tres opciones de tiro, pero no siempre las remataban. Por eso un 2+1 de Pablo Ibon adelantó por primera vez al Estudio (37-35 a 6:35). Un tapón de Rodrigo Álvarez espoleó aún más a los locales, que cobraron ventaja (39-35). El partido estaba cada vez más vivo, en las (repletas) gradas y en la pista. Un triple de Goyanes supuso el 42-37. Máxima tensión, nervios, muchos errores, posesiones agotadas... y al final del tercer periodo, equilibrio absoluto: 45-45.

Zygimantas Sabonis defiende a Rodrígo Álvarez, uno de los duelos del partido.

Los dos equipos se jugaban mucho. El Pozuelo la vida. Al poco de comenzar el último periodo, Sabonis rebañó un balón muy valioso y se hizo con un rebote de oro. El marcador se congeló (en casi tres minutos solo dos puntos) y cualquier canasta doblaba su valor. Como la de Rodrigo Álvarez (47-47). Los visitantes se fueron de cinco (47-52) gracias a un gancho perfectamente ejecutado por Carlos Millán. En apenas unos segundos, Álvarez devolvió las tablas. El partido avanzaba hacia un final agónico. Si Álvarez apuntalaba a su equipo, Jorge González Hernández respondía desde fuera. Si de nuevo González González se colaba hasta dentro, Ibon igualaba desde los tiros libres. Así hasta que Sabonis tiró de fuerza para anotar y, después, un rebote suyo acabó en un 2+1 de Bedate (56-61 a 1:20). Solo dos jugadas, cuatro puntos, pero lo suficiente para desequilibrar el encuentro y mandar a los dos equipos al desempate. La emoción continúa.

Estudio y Pozuelo volverán a verse el sábado 19 en El Torreón.