Trece partidos, trece victorias. La última ante el otro equipo que se mantenía invicto, el Asefa Estudiantes A. Sin dos de sus titulares, Eichler y Barreiro (al Estu también le faltaba uno, Rafa Alonso), el Real Madrid A cadete venció por 86-40 y dio una demostración de poder en todos los terrenos. Por dentro (Samba), por fuera (Alejandro González) y por cualquier sitio (Yusta). La liga es larga y cada partido es una historia pero ahora mismo parece complicado que alguien frene al Madrid.
Real Madrid A 86 (18+29+14+27): Santiago Yusta, Luka Doncic, Samba Ndiaye, Andrés Rico, Rafael Blanco -cinco inicial- Daniel de la Rúa, Alejandro González, Eduardo Martínez, Eduardo Sangil, Eduardo Rubio.
Estudiantes A 40 (6+14+5+15): Jorge Alonso, Pablo Estebala, David Ramos, Alexander de Miguel, Jesús Sanz -cinco inicial- Rafael Alonso, Alejandro Young, Javier Suárez, Pablo Rebollo, Adrián García, Javier de la Fuente, Borja Martínez.
Árbitros: Latina y Sanjosé.
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El tercer derbi del fin de semana, el único en feudo madridista, enfrentaba a los dos equipos cadete A. Lo mejor de lo mejor de su categoría, con ocho jugadores que hace menos de un mes estaban juntos en el Campeonato de España de selecciones autonómicas: Yusta, De la Rúa, Rico, Blanco, Jorge Alonso, Young, Ramos y De la Fuente. Pero aquí la convivencia con la selección quedaba lejos. Se trataba de un Real Madrid-Estudiantes, y eso son palabras mayores en el baloncesto.
Javier de la Fuente avanza hacia el campo del Madrid defendido por Luka Doncic.
Los dos equipos llegaban con bajas al primer derbi de la temporada. Dos en el Madrid, Malik Eichler y Jonathan Barreiro; y una en el Estu, Rafael Alonso, pero determinante al tratarse de su referente en la pintura. Precisamente, la fuerza del Madrid estaba por dentro, con Samba Ndiaye, que había jugado (y ganado) por la mañana el derbi junior, y Rafa Blanco.
Ante la superioridad blanca bajo los tableros, los colegiales oponía velocidad y determinación. Pablo Estebala metía la directa en acada ataque para intentar sorprender a las torres del Madrid, pero un mate de Santi Yusta (un exterior con vocación de interior) fijó el 6-2 a los tres minutos y medio de juego. Poco después fue Blanco quien rebañó un rebote para ampliar la renta. El Madrid se escapaba y con 12-2 después de cinco minutos Joaquín Asensio paró el crono. La aparición de Javier de la Fuente animó al Estudiantes y durante algunos minutos el Madrid se plantó en los 14 puntos, pero Yusta volvió a tirar del carro y el primer cuarto se cerró con 18-6.
Los secundarios también aportaban y Eduardo Martínez anotó la primera canasta del segundo periodo. El Madrid mantenía su renta ante un Estu que aguantaba el tipo. Como hizo Borja Martínez ante los pívots locales para forzar dos tiros libres, que, sin embargo, no aprovechó. El que no falló poco después fue Adrián García, pero con 22-10 el Madrid seguía lejos. Alejandro Young se encargó de acortar distancias, pero otro secundario, el madridista Alejandro González, las amplió con tres oportunos triples. Con esos nueve puntos y alguna canasta intercalada los blancos se marcharon de 22-14 a 35-16 cuando aún faltaban 4:40 para el descanso. Dos mates de Samba y Yusta, certificaron la superioridad local. Aún más el parcial: 29-14 para 47-20 al descanso.
Santiago Yusta fue uno de los más destacados en el Real Madrid.
El Estu salió del vestuario dispuesto a jugársela. Más intensidad en todas las facetas del juego, pero, sobre todo, en defensa. A los dos minutos el marcador no se había movido. Ni para un lado ni para otro. Hasta que De la Rúa rompió la barrera visitante con una bomba al estilo Navarro. Young contraatacó enseguido desde dentro. La mejoría del Estu era innegable, pero no suficiente porque en la mitad del tercer cuarto el marcador estaba en 52-22. La resistencia colegial no podía con un Madrid desatado que se fue hasta 61-25 al final del tercer periodo. La inercia continuó con el último con un parcial de salida de 10-0 (triple incluido de Alejandro González). Ahí se paró el Madrid, mientras el Estu mantenía la imagen con detalles de clase, como una contra de Borja Martínez, o de rabia, como la incansable de lucha de Young bajo los aros.