Primer asalto: venció el Tuenti Móvil Estudiantes por dos puntos. Segundo asalto: venció el Real Madrid en la prórroga. Después de enfrentarse dos veces en seis días, y salvo sorpresa el domingo, los blancos cerrarán la primera fase de Infantil por delante de los colegiales con la única ventaja del average. Porque el segundo clásico, tan vibrante como el primero, confirmó el equilibrio entre los dos favoritos. El Estudiantes fue siempre por delante, pero el trabajo en la pintura de Adrián Nosa (en la imagen) sostuvo al Madrid y dos triples en la prórroga inclinaron la balanza. En teoría, Estu y Madrid solo volverán a encontrarse en la fase final. Una pena.

Tuenti Móvil Estudiantes A 81 (28+19+11+16+7): Adams Sola, Marcos Moldovan, Héctor Alderete, Diego Alderete, Beltrán Moraleda -cinco inicial- Pablo Berlanga, Pablo Urquijo, Jaime Echeita, Álex Tamayo, Alberto García,  Sergio Alfonso, Ignacio Acacio.

Real Madrid A 88 (20+15+17+22+14): Adrián Nosa, Óscar Méndez, José Sánchez, Daniel González, Íñigo Pérez -cinco inicial- Manuel González, Andrés Martínez, Ricardo Rodríguez, Fernando González, Jaime Cubero, Diego de Blas, Gonzalo Ley.

Árbitros: Isla y Puerta.

El duelo del Magariños tenía sobre la mesa el primer puesto del Grupo A. Nada decisivo, pero sí con cierto valor psicológico, aunque más que la clasificación lo que cuenta en un Real Madrid-Estudiantes es vencer al eterno rival. No hace falta una mecha. Un clásico se enciende por sí solo. Con respecto al choque de la semana anterior, el los blancos recuperaban a Jaime Cubero (aunque entre algodones, solo para algunos minutos) y seguían con las bajas de Gonzalo Ley y Diego de Blas, en el banquillo pero con muletas. En el Estu también faltaba una de sus piezas clave, Óscar Jiménez.

Íñigo Pérez culmina un contrataque del Real Madrid en el segundo cuarto.

El partido empezó con un vertiginoso intercambio de canastas (7-6 en dos minutos) para todos los gustos y de todos los colores. Los dos equipos llegaban rápido y bien pero quizá el Estu tenía un punto poco más de soltura, como confirmó el triple de Héctor Alderete (12-8 a 6:50). Poco después, su hermano Diego (desde la media distancia), Marcos Moldovan (desde dentro) y Adams Sola (a la contra) ampliaron la ventaja de un conjunto local que empezaba a llevar el partido a su terreno. Por eso, con 18-8, el técnico del Real Madrid, Gabriel Álvaro, tuvo que frenar la sangría. El Madrid serenó su juego y surtió de balones a Adrián Nosa (ausentes Cubero y Ley, su principal arma en la pintura). Jorge Manzano respondió enseguida y dio descanso a Moldovan, hasta entonces pareja de Nosa en la zona. De paso, demostró su fondo de armario porque el que salió, Alex Tamayo, es un todoterreno capaz de hacer de todo: subir el balón hasta anotar de tres o competir con quien sea por un rebote. El Estudiantes amplió su ventaja (28-12 a 1:42), aunque el Madrid encontró la solución en los triples, dos seguidos, y dejó el marcador del primer cuarto en 28-20.

En el arranque del segundo se confirmó que las fuerzas estaban más igualadas. La salida del pequeño base  Ricardo Rodríguez revolucionó al Madrid, y, de paso, también el partido. Los blancos aprovecharon la locura para llegar hasta 28-26 con el triple de Daniel González, uno de sus especialistas. Además, el Madrid había mejorado en defensa, y el Estu ya no llegaba con tanta comodidad. Eso sí, los colegiales conservaban su superioridad en el rebote, que les permitían disfrutar de dos o tres opciones en cada ataque. Así, aguantaron la ofensiva del Madrid y conservaron la delantera (38-31 a 4:56). En los últimos minutos del segundo cuarto, los dos equipos aumentaron la intensidad, sobre todo en defensa. Igual que había sucedido al principio, el intercambio de golpes favoreció al Estu, que llegó al descanso doce arriba: 47-35.

Entre Héctor Alderete (en la foto) y su hermano Diego anotaron cinco de los ocho triples del Estu.

Los colegiales no cedieron ni un centímetro en el comienzo del tercer cuarto. Sólidos bajo su canasta y rápidos cuando enfilaban la contraria, ampliaron la diferencia al poco de empezar (49-35). Pero cuando lo demás fallaba, al Madrid le quedaban los triples, un as que sacaba de la manga cuando era necesario, hasta un total de nueve veces. Y, junto a ello, el inagotable trabajo de Nosa bajo los tableros. Así, a 5:30, los blancos seguían ahí (49-43), por detrás en el marcador, pero bien asentados en la cancha y poniéndoles las cosas muy difícil al Estu. Un reverso de Nosa certificó la mejoría (49-45 a 5:20) y provocó el tiempo muerto de Jorge Manzano.  Tamayo demostró su talento y Jaime Echeita lanzó a su equipo con un triple, pero Nosa forzó una falta tras otra y acercó a su equipo (54-52), aunque, una vez más, el Estu aguantó de pie: 58-52 al final del tercer cuarto.

El Madrid había ido de menos a más, subiendo una marcha en cada cuarto. Al comienzo del último periodo, ya con la quinta metida, volvió a acercarse a dos (58-56), justo antes del oportuno triple de Ignacio Acacio que solo retrasó unos segundos el empate: 60-60 (de Óscar Méndez) con más de ocho minutos por delante. Partido nuevo en un Magariños expectante. Entonces, Jorge Manzano sacó otra joya del cajón, Pablo Berlanga. El pívot de primer año aumentó el dominio de su equipo en el rebote, aunque fue un triple de Beltrán Moraleda el que dio aire al Estu (66-60). Una ventaja que  se desvaneció en menos de dos minutos. Con un 2+1 de José Sánchez, el Madrid dio la vuelta al marcador: 66-67 a 4:40. El triple de Diego Alderete (69-67) fue el prólogo a unos minutos finales vibantes, con más empates (69-69, 71-71...). A 2 minutos para el final, un nuevo triple del mayor de los Alderete puso el partido de cara para el Estu, pero Méndez igualó con un 2+1. Ninguno de los dos fue capaz de romper el equilibrio a 74. Cinco minutos más de miniclásico, que comenzaron con el Madrid fusilando desde 6,25: dos triples de Íñigo Pérez y Daniel González en 45 segundos y 74-80. Una losa ya muy difícil de levantar, sobre todo tras el 76-84 a de José Sanchez a poco más de un minuto que sentenció otro gran miniclásico. Salvo sorpresa, el siguiente será en la fase final, ya con mucho más sobre la mesa y con todos los lesionados en condiciones. Si este ha sido el principio, cómo será el final.

Pablo Berlanga, defendido por Óscar Méndez y José Sánchez.