Dicen que lo que no te mata te hace mas fuerte. El Pozuelo, líder del Grupo Impar de Primera Nacional, lo pasó mal para salir vivo del Javi Limones, donde el TBS Academy demostró que, a pesar de su juventud, está capacitado para enfrentarse a cualquiera. El definitivo 69-76 fue el desenlace de un partido intenso, donde el líder trató de imponer su experiencia, pero se encontró con la remontada local a golpe de triple (10 en total) y un último cuarto apretado al máximo. Solo a falta de un minuto, otro triple (de Santiago Estrada) inclinó el partido a favor de un Pozuelo reforzado tras superar uno de sus exámenes más exigentes en lo que va de temporada.
TBS Academy 69 (20+15+23+11): Carlos Abentín, Roberto Donaire, Pau Monroig, Adrián Pérez, David Ramos -cinco inicial- Juan Manuel Robles, Adrián González, Jorge García, Alberto Burgoa, Alejandro Zamora, Milic Starovlah y Bassirou Ndiaye.
Pozuelo CB 76 (27+15+15+19): Jorge González, Santiago Estrada, Rafael Castro, Alberto de la Torre, José Luis Galocha -cinco inicial- Javier López, Gonzalo Herrero, Alberto Arias, Carlos Apolinario, Carlos Millán, Javier Vicente y Germán García.
Árbitros: Manu y Maqueda.
Con una sola derrota en su mochila, el Pozuelo llegaba al Javier Limones de Torrejón de Ardoz como favorito, pero también con muchas precauciones. No era para menos. El nuevo TBS Academy ha demostrado en el comiento de la temporada ser uno de los equipos más peligrosos de la categoría, imprevisible e irregular por su juventud pero también, por eso mismo, muy intenso, capaz de poner a prueba a cualquiera y con jugadores de calidad más que contrastada.
Alberto Arias, rodeado por jugadores del TBS Academy.
Sobre el papel, el TBS tenía su mayor baza en el juego exterior y así, desde lejos, Adrián Pérez abrió el marcador del partido. El Pozuelo intentaba jugar más pausado, sacando partido de su oficio y buscando aprovechar la corpulencia de Rafa Castro, pero a los dos minutos los locales, muy acertados desde fuera, mandaban por 8-2. Al Pozuelo no le quedó más remedio que cambiar el ritmo, que buscar las contras y las penetraciones rápidas en busca de la sorpresa, como la de Alberto de la Torre, y el partido volvió al (previsible) equilibrio. José Luis Galocha marcaba el ritmo y De la Torre era la principal arma de los visitantes, que mediado el primer cuarto ya estaban a un paso (10-9), aunque la intensidad de los torrejoneros le valió para conservar la ventaja e incluso ampliarla (15-9). Los dos equipos tiraban de su todo su armamento disponible (en el Pozuelo estaban de baja Javier Vicente y Germán García) y el resto del primer cuarto fue un toma y daca constante. La entrada de Bassirou Ndiaye dio más cuerpo al TBS, pero el Pozuelo aprovechó la mayor experiencia de sus cincos (Castro y Carlos Millán) para apuntarse ese primer periodo por 20-27.
El segundo comenzó con otro triple local, de Alejandro Zamora, para intentar contrarrestar a un Pozuelo con muchos recursos, que si no culminaba, sacaba la falta, como hizo Carlos Apolinario. Un líder muy sólido, con velocidad por fuera y oficio por dentro. Aun así, el TBS intentaba acercarse y Adrián González firmó con un triple el 26-30 a 8:20 para el descanso. Las diferencias se estrecharon aún más (29-32), lo que abrió la puerta del partido a un TBS que mantenía siempre pisado el acelerador. Ahí apareció Alberto Arias, uno de los jugadores más determinantes de Primera Nacional, para que su equipo abriera hueco de nuevo (29-36) antes de dar el relevo en el timón a Galocha. La amplitud de su plantilla permitía al Pozuelo seguir por delante, pero no era suficiente para despegarse como quedó claro con el 35-42 del descanso.
Alberto Burgoa recortó distancias nada más salir, pero el partido mantenía su tónica, con los dos equipos a todo trapo. En apenas minuto y medio, el marcador ya estaba en 41-47. Con Arias y Galocha juntos en pista, el Pozuelo iba a por todas, mientras el TBS respondía como siempre, desde lejos, como con el triple de Juan Manuel Robles. No era suficiente y con 44-52 a 6:45, el técnico local, Rubén Sánchez, paró el crono. Un parón que le vino de maravilla a su equipo. Robles volvió a demostrar su buena mano, Burgoa hizo el 49-54, Pau Monroig (con un nuevo triple) dejó el partido en vilo, y Donaire empató a 54 a 3:10. Con el vuelo de Monroig (que amplió el parcial a 8-0), el TBS había hecho lo más difícil. La locura que envolvió el partido en los últimos compases del tercer cuarto dejó el marcador en 58-57 a falta de diez minutos y el encuentro en un pañuelo con una sucesión de (mínimas) ventajas. A 6:45 para el final, se mantenía el equilibrio (64-63), con los dos equipos volcados, buscando el aro sin pausa. Solo a 3:13, el Pozuelo abrió algo de hueco (67-70), pero no fue hasta un minuto para el final cuando Santiago Estrada inclinó por fin el pulso con un triple. David Ramos quiso poner emoción en el último intento local, pero ante un equipo tan sólido como el Pozuelo ya era imposible hacer más.
Bassirou Ndiaye intenta superar la defensa del Pozuelo.