Chuck Daly dijo que el ataque gana partidos y la defensa campeonatos. Aún es muy pronto para saber quién ganará la Primera Nacional más igualada de los últimos años, pero la defensa llevó al Plenilunio D.O. al liderato en solitario del Grupo Par, un auténtico grupo de la muerte, con siete equipos luchando por los primeros puestos. Ese plus defensivo se reflejó en el robo de balón de Víctor Herrero, tras los dos puntos de Nacho Romay (en la foto), que fijó el definitivo 55-57 y decidió un partido muy igualado. Desde los sucesivos empates (a 31, a 37, a 41...) hasta los triples: seis locales y siete visitantes (eso sí, tres de los siete en los últimos cinco minutos).

Uros de Rivas 55 (15+16+15+9): Sergio Álvarez, Miguel Zamora, Pablo Giménez, David Ajero, Alejandro Moyano -cinco inicial- Javier González, Javier Carpio, Orestes Vara, Aarón Hervás, Raúl González, Alberto Sanz  y Mario Dorado.

Plenilunio D.O. 57 (18+13+12+14): Eduardo Vicente, Víctor Herrero, Gabriel Rodríguez, Ignacio del Castillo, Roberto Suárez -cinco inicial- Ignacio Romay, Miguel Coello, Andrés García, José Enrique Carrión, Miguel Pérez-Urruti, Raúl Rodríguez y Rodrigo García.

Árbitros: Celaya y Jáuregui.

Después de 16 jornadas con una lucha sin cuartel entre los siete primeros clasificados, el Uros de Rivas y el Plenilunio D.O. se jugaban el liderato en solitario del Grupo Par. Dos equipos del mismo corte, con mucha experiencia (el inagotable David Ajero, Miki Pérez-Urruti, Ignacio del Castillo...) y con numerosos recursos, tanto en el juego interior como en el exterior. Un equilibrio que quedó claro en los dos primeros minutos, sin puntos hasta el triple de Víctor Herrero que abrió el marcador. Intentarlo desde lejos parecía la única forma de romper unas defensas muy firmes. Eso o provocar alguna falta, como la que sacó Gabriel Rodríguez para hacer el 0-5 desde los tiros libres, o la que arañó el local Alejandro Moyano para anotar el 3-5.

Miguel Zamora encara la canasta ante la oposición de Iñaki del Castillo.

El primer cuarto estuvo marcado por el equilibrio (9-9), aunque con un poco más de soltura en el Plenilunio D.O., como confirmó el segundo triple de Víctor Herrero (la principal arma ofensiva de su equipo) y el de Nacho Romay (14-18). Ese mayor acierto desde lejos le concedió a los de San Blas una mínima ventaja en los primeros diez minutos: 15-18.

Andrés García amplió la renta visitante con una canasta en caída nada más empezar el segundo periodo, pero la mayor fuerza del Plenilunilio D.O. estaba atrás, en la defensa, con un uno contra uno muy pegajoso, que obligaba a los locales a lanzamientos forzados y, en ocasiones, sobre la bocina. Así, con el cerrojo echado detrás y acierto delante, el Plenilunio D.O. se puso siete arriba (15-22) a 7:38 para el descanso, provocando el (inmediato) tiempo muerto de Juan José Simón. Cuando más falta hacía, Javier González rompió el muro con dos lanzamientos lejanos, uno desde el frontal y otro desde la esquina, que devolvieron al Uros al partido (21-24 a 5:40). Y, el tercer triple consecutivo, el empate a 24, de Javier Carpio, provocó que esta vez el parón del crono corriera a cargo del técnico visitante, Miguel Ángel Lago. Si uno anotaba de tres, el otro también sabía hacerlo. Si uno defendía, el otro también. Antes del descanso, Herrero volvió a aportar un triple para su colección, pero el de Carpio (31-31) confirmó la enorme igualdad entre los dos equipos.

El intercambio de golpes (Ajero, Herrero...) continuó al comienzo del tercer periodo. Ninguno de los dos equipos se hacía con el mando de un partido que mantenía, o incluso aumentaba, la intensidad en el cuerpo a cuerpo, como en el duelo en la pintura entre Ajero y Romay. A 6:16 se mantenía el empate, a 35 tras el acierto de Eduardo Vicente, y, poco después, más tablas: 37-37, 39-39, 41-41... Equilibrio absoluto. El Uros de Rivas siempre daba el primer paso y esa iniciativa le valió para cobrar cuatro puntos de ventaja con la canasta a aro pasado de Miguel Zamora (45-41), aunque a falta de diez minuts la diferencia estaba en tres: 46-43. En el último periodo, el encuentro volvió al principio, al atasco, a la lucha sin cuartel por anotar entre una maraña de brazos. En cuatro minutos, los locales lo hicieron una vez; los visitantes ninguna... Por eso, el triple de Gabriel Rodríguez se celebró como si valiera oro. Y el de Rodrigo García todavía más: 50-49 a 4:30. Los lanzamientos lejanos volvían a sujetar al Plenilunio D.O., que se puso por delante (50-51) con apenas dos minutos para el final. Un desenlace tan intenso como el resto del encuentro. Tras los triples de Eduardo Vicente y Pablo Giménez (55-54 a 37 segundos), Romay encontró el hueco para anotar. El Uros de Rivas tenía 19 segundos, pero el último esfuerzo visitante en defensa dio su fruto: Herrero robó, forzó la falta y anotó un tiro libre, dejando ya sin tiempo a los locales en su último intento de buscar la prórroga.

Los jugadores del Plenilunio D.O. celebran la victoria, con Miki Pérez-Urruti a la cabeza.