D. G. / DPTO. DE COMUNICACIÓN FBM
Fotos: Rocío Benítez
Antes del partido, la Federación Española de Baloncesto brindó un homenaje a Marc Gasol, leyenda de nuestro baloncesto, doble campeón del mundo y de Europa, y dos veces subcampeón olímpico.
A falta de Lorenzo Brown, Sergio Scariolo dio a Juan Núñez el timón del quinteto inicial. Una apuesta por la juventud y el descaro, por el relevo generacional, ante una Italia siempre competitiva como demostró Nicolò Melli anotando un triple nada más empezar y confirmó el 1-7 a los dos minutos y medio. Otro triple de Melli abrió aún más la brecha. La solución vino desde la pintura, con Willy Hernangómez, pero el primer ensayo se confirmaba con un examen muy exigente. Scariolo no tardó en mover piezas. Juancho Hernangómez, Usman Garuba, Alberto Díaz... y los dos grandes veteranos, Rudy Fernández y Sergio Llull, recibidos con sendas ovaciones.
La mejoría comenzó desde la defensa, dificultando los tiros de los italianos. De atrás hacia adelante. Del trabajo al espectáculo. Ya asentada en la cancha, España recortó a lo grande, con el triple de Juancho y el mate de Usman (10-12). El primer cuarto terminó con 10-14 pero con buen sabor de boca porque la selección tomaba cuerpo.
Esa sensación se confirmó nada más empezar el segundo, con el triple de Darío Brizuela... y poco después con el de Rudy. España mostraba sus armas ante un rival muy serio, que se mantenía por delante (16-19), pero con la selección siempre cerca (22-24 a 4:16). El público del WiZink Center, ese que nunca falla, acompañó una escalada que culminó Brizuela tras la técnica a Melli. Y poco después fue Abrines quien puso por delante a España por primera vez con un triplazo. A partir de ahí... a sumar. La distancia creció hasta el 33-28 del descanso.
Abrines fue quien adelantó a la selección y también quien cortó el intento de reacción italiano al comienzo del tercer cuarto. España se había sacudido las dudas del principio, se sentía más cómoda y, como consecuencia, la distancia no solo se mantuvo sino que creció (48-39 a 4:47, 54-45 a 1:51...). Solo el descanso de Willy Hernangómez, máximo anotador hasta el momento, dio aire a Italia y el el 54-50 del tercer cuarto dejaba espacio para la emoción.
La penetración de Nico Mannion (55-54) ante Usman Garuba aumentó ese suspense. Santi Aldama alejó el peligro con un 2+1, pero el 58-57 a 6:14 demostraba que la competitiva Italia estaba dispuesta a pelear hasta el final. El capitán Rudy Fernández desatascó el encuentro, aunque no evitó que se llegara al último minuto con empate a 70, ni tampoco el triple de Stefano Tonut (70-73 a falta de 15 segundos). Ahí apareció otro ilustre, Sergio Llull, para empatar a su estilo y llevar el partido a la prórroga. El tiempo extra comenzó con ventaja italiana, siguió con un intento de remontada (82-84 tras el triple de Aldama, 84-85 a 42 segundos... ) y terminó con el intento de Brizuela que no entró. Toca seguir creciendo.