Federación de Baloncesto de Madrid

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María, 70 años: "Sigo jugando porque el baloncesto es tan divertido... me da alegría de vivir"



Empezó a jugar al baloncesto en 1968, con 15 años, y sigue jugando a punto de cumplir 71. María del Carmen Durán Heras, deportivamente solo María, lleva más de medio siglo en las pistas. En los 70 llegó a jugar en Primera División con el Medina Madrid. Desde hace 25 años acude cada domingo al CDM Vicente del Bosque para competir en los Juegos Deportivos Municipales con su equipo, Abamateur. No piensa dejarlo porque "el baloncesto es lo más divertido de todo lo que hago, me da alegría de vivir".



DAVID GONZÁLEZ / DPTO. DE COMUNICACIÓN FBM
Fotos: Rocío Benítez

Tiene un nombre común, María, y una historia extraordinaria, la de 56 años de pasión por el baloncesto. Una relación que empezó de casualidad. "Iba a un colegio de monjas, el Loreto de Príncipe de Vergara, que no tenía nada de deporte. Un día, una profesora de gimnasia dijo: ¡Venga, vamos a hacer deporte! ¿Qué os gusta: balonmano, baloncesto o tenis? Yo me apunté a balonmano, pero no salió. Sin embargo, el hermano de una chica del colegio se ofreció a ser nuestro entrenador de baloncesto. Empezó a entrenarnos, pero no llegamos a jugar. Al año siguiente, una amiga dijo que conocía un equipo y me fui a categoría Provincial", recuerda.

María tenía 15 años, pero la edad mínima para jugar con las mayores era de 16, así que falsificó la ficha. "Durante mucho tiempo en las fichas he tenido un año más", reconoce. En 1972 dio el salto a Primera División, la máxima categoría del baloncesto femenino español. "Empecé a jugar en el equipo B del Medina Madrid, hubo un relevo generacional y subimos nosotras". María aclara que "el Medina Madrid era de los que siempre jugaban la promoción para no bajar a Segunda, y yo tampoco era de las buenas, pero puedo decir que jugué en la máxima categoría durante cuatro temporadas, del 72 al 76". Eran otros tiempos y recuerda que "tenía 19 años y el entrenador del Medina Madrid me preguntó si tenía permiso de mis padres".

Porque en aquellos años no todo era fácil. Su singladura de 56 temporadas solo tiene un breve paréntesis. "Fue el primer año de universidad. Estudié Industriales y en clase solo éramos dos mujeres. Pregunté en la facultad a las pocas chicas que veía pero no conseguí formar un equipo, así que ese año hice atletismo". Al año siguiente regresó a las canchas y después ni la incorporación a la vida laboral ni la maternidad frenaron su pasión por el baloncesto. "Todas las del equipo hemos trabajado fuera de casa. Era trabajadora, madre, pero además quería algo mío... además quería ser jugadora. Cuando nació mi hijo -recuerda- jugué los tres primeros meses de una temporada y los últimos de la siguiente. Iba a entrenar dejándolo dormido con su padre en casa y los días de partido el banquillo se encargaba de los niños". Y es que en su casa se respira deporte: "Conocí a mi marido en un entorno deportivo y siempre ha respetado mis tiempos. Mi hijo tiene 33 años y también ha jugado al baloncesto. Me anima, me dice que hasta cuándo quiera".

Tras la desaparición del Medina Madrid, María jugó en Segunda División con el Escolapios. "Fueron cinco o seis años. Luego pensé en dejarlo, pero alguien me llamó y me dijo que habían hecho un equipito en un colegio de monjas...". A partir de ahí su trayectoria se mueve por el baloncesto modesto, categorías provinciales o autonómicas, y la competición municipal. Desde hace más de 30 años con el mismo grupo de amigas. En el Abamateur apenas tres jugadoras bajan de los 50 años. "Además, tenemos una chica de 17 años con ficha, pero porque es la hija de una compañera y les hacía ilusión jugar juntas algún partido", señala. No todas pueden acudir a la pachanguita de los miércoles, a modo de entrenamiento, pero "lo bueno es que los partidos son los domingos".

Pese a su larga trayectoria en las pistas, apenas guarda recuerdos porque "no ganábamos nada y no salíamos en ningún sitio". De su paso por Primera División solo un recorte de periódico: "Habla sobre el Celta y un poco sobre nosotras, las pobrecitas". En la imagen, la foto del Medina Madrid en ese recorte (María es la número 5, la primera de pie a la derecha). Por eso sus mejores recuerdos no son de grandes victorias sino de pequeños retos: "De Primera División recuerdo un partido contra el Picadero en el que todo nuestro afán era que no llegarán a los 100 puntos, y en Provincial, conseguir ganar en Aranjuez, donde no había quien ganara".

Con una media de edad superior a los 50 años, el Abamateur podría jugar en ligas Over35 o incluso Over50, pero compite dignamente en los Juegos Deportivos Municipales de Madrid. "El partido de hoy -contra Filipenses, el líder del grupo- lo hemos defendido. Si pierdes con unos y ganas a otros es que estás en la categoría que debes estar. Ahora vamos un poquito por debajo de la mitad de tabla".

Por encima de los 70 años y operada de las dos rodillas, reconoce que dosifica el esfuerzo, que juega menos minutos, pero la jubilación le ha hecho disfrutar todavía más del deporte. "Antes podía dedicar al baloncesto lo justo. Ahora llevo ocho años de vivir bien y eso me ha servido para ir un poco más al gimnasio, que es más controlado, con menos riesgo". La práctica deportiva es, sin duda, un hábito saludable, "pero yo no lo hago por eso -apunta- Lo hago por divertirme, porque es tan divertido... Y eso que soy mala espectadora, pero soy capaz de jugar con chavales de 8 años o con quien sea. Hoy no me he tirado por el suelo, pero soy de las que siempre lo hacen".

Por eso su larga relación con el baloncesto no tiene fecha de caducidad.  "Pensar cada domingo que tengo partido me da alegría de vivir. Que si las pachanguitas de los miércoles, la competición y la adrenalina de los domingos... Ha habido años duros, de estar en el paro. Tener el partido, el baloncesto, te ayuda, te salva de situaciones difíciles". Y recuerda una anécdota reciente: "El otro día hice senderismo y en una bajada me 'cantaron' demasiado las rodillas. Mi hermana me dijo que por qué no dejaba de jugar al baloncesto. Contesté que porque es lo más divertido de todo lo que hago".

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