Quince títulos en ocho años, incluidos algunos ‘dobletes’ -como el junior masculino y femenino en 2009- avalan la trayectoria del Club Baloncesto Majadahonda, un club con tres décadas de historia, pero que en los últimos años se ha convertido en todo un referente del baloncesto madrileño. El CB Majadahonda es un modelo de gestión basado en la experiencia, la de su presidente, Chema Fernández, y la de otros ex jugadores profesionales que, desde dentro del club o desde fuera, como directivos o como padres de chicos de la cantera, han aportado sus conocimientos deportivos y vitales.
Los más pequeños del club escuchan
las explicaciones de su entrenadora
José María Fernández Moya, Chema Fernández, 48 años, 2,02 metros y ex jugador de Inmobanco, Atlético de Madrid, Collado Villalba o Cajamadrid, preside el CB Majadahonda desde hace ocho años aunque la historia del club comenzó hace tres décadas. En estos últimos años, el club ha llegado a la élite del baloncesto madrileño y se ha mantenido en lo más alto con quince títulos conquistados en casi todas las categorías, senior masculino y femenino, junior masculino y femenino, cadete masculino y femenino…
Chema Fernández no quiere hablar de secretos porque, para él, sólo se trata de ‘jugar al baloncesto. No tiene otra historia. Nos hemos preocupado de que la gente aprenda a jugar y eso implica que aprenda a competir’. Ese equilibrio, siempre difícil de conseguir, entre formación y competición se ha producido bajo una mentalidad profesional dentro del club y fuera de él ‘porque aquí tenemos la inmensa suerte de que hay mucho ex jugador de baloncesto profesional. La forma de vivir el baloncesto en el club, en casa, incluso en la ciudad, posibilita que concibamos las cosas de otra manera porque nosotros lo hemos vivido y sabemos cómo funciona.’
‘Aquí queremos a todos por igual, a los buenos y a menos buenos’Entre los ex jugadores que tienen o han tenido alguna relación con el club, el presidente destaca a Alberto Herreros, el ‘Indio’ Díaz, César Arranz, Antonio Martín, Mariano García, José Beirán, Fran Murcia, Zan Tabak, Javi García o Rocío Jiménez ‘por nombrar alguna mujer, aunque hay más’. Todos esos años de experiencia acumulados resulta fundamentales porque ‘todos hemos pasado por categorías inferiores. Por ejemplo, yo empecé jugando al baloncesto en mini. He pasado por todas las categorías y eso te enseña lo que le tienes que trasmitir a un chico, lo que es importante en su formación. Te enseña que todos los jugadores no son iguales, que no hay que tener prisa con ellos. Aunque algunos estén más cualificados para este deporte, eso no quiere decir que los demás no puedan competir. Aquí queremos a todos por igual, a los buenos y a los menos buenos.’
Así las cosas, El Tejar, donde se encuentra la sede del club, no es sólo un polideportivo. Es un centro de formación dedicado en exclusiva al baloncesto -‘gracias a la fantástica relación con el Ayuntamiento’, apunta Chema-, donde decenas de chicos de todas las edades entrenan a diario. Con la pista dividida en tres y canastas a distinta altura según la edad de los chavales, las tardes son un hervidero continuo de jugadores, familiares y técnicos. En total, en el CB Majadahonda disfrutan del baloncesto alrededor de 300 jugadores repartidos en 24 equipos con una treintena de entrenadores. Entre ellos, algunos chicos con la genética del baloncesto en su ADN, como Alejandro, uno de los hijos de Alberto Herreros, que, según comenta Óscar, su entrenador, ‘no veas cómo tira y, desde luego, eso no se lo he enseñado yo’.
En la entrada de El Tejar están algunos de los trofeos conseguidos por el club
Pero la mentalidad profesional, con las lógicas limitaciones de la edad, no sólo se vive en casa de aquellos hijos de ex jugadores. Ligado al club está el European Basketball College, un proyecto especialmente diseñado para crear jugadores de élite y ‘acabar con el gran vacío que existe entre la etapa junior y la posibilidad de competir en una buena categoría’. La filosofía del EBC es, según Chema Fernández, ‘aplicar un programa especial que contempla tanto aspectos físicos como otros habituales en un jugador profesional, como entrenar mañana y tarde, cuidar la alimentación, estudiar… porque esto no es sólo botar el balón, es toda una forma de vida’.
El equipo junior masculino se proclamó recientemente subcampeón de Madrid
En dos de los equipos del club, el senior de Liga EBA y el junior masculino, se ha aplicado ese método de trabajo con excelentes resultados. El senior, ‘el más joven de la categoría con ningún jugador mayor de 21 años’, ha terminado la Liga regular como campeón de su grupo y el junior alcanzó hace unos días el subcampeonato de Madrid sólo por detrás del Estudiantes. Y es que el CB Majadahonda le planta cara a los grandes pese a que ‘competir contra los clubes de ACB es muy complicado porque ellos tienen algo que nosotros no tenemos: marca. Todos quieren jugar allí’.
Tomás Fernández, jugador del equipo junior
e internacional español
Pero el mayor orgullo del club no son los títulos sino la formación de nuevos talentos. El presidente se siente orgulloso de que jugadoras como Elena Díaz (Estudiantes junior) o Sara Vita (Estudiantes senior), entre otras, hayan pasado por las instalaciones del CB Majadahonda. ‘Lo más gratificante es tener jugadores que están con nosotros desde la escuela, desde pequeñitos’. Un claro ejemplo es Tomás Fernández, ala-pívot de 2,02 m., uno de los pilares del equipo junior y preseleccionado para el combinado nacional por Ricard Casas. ‘Tomás ha estado en la escuela, en el alevín… lo ha hecho todo en el club’.
Chema Fernández tiene claro que el Majadahonda es un club de paso, una vía hace metas mayores, ‘un sitio de tránsito’, como él mismo asegura, porque, a pesar de los numerosos éxitos deportivos, ‘la vocación no es ganar nada. El objetivo es formar. No creo que los clubes, creo en las escuelas, en sitios donde los chavales aprendan a jugar al baloncesto. Estamos aquí para formarles y si uno es muy bueno y se tiene que ir porque es lo mejor para él, será nuestro orgullo’.
El CB Majadahonda es un modelo de gestión y de formación basado en la experiencia y en la búsqueda de la calidad, pero también es una combinación de detalles, como convertir el hall del pabellón en un pequeño museo con trofeos, fotografías de los equipos campeones de los últimos años, recortes de prensa e incluso actas enmarcadas; como la regañina del presidente a un chaval que le ha dado una patada a un balón, porque ‘¡esto no es fútbol!; o como la imagen de un niño recién salido del entrenamiento, todavía de corto y sin duchar, haciendo los deberes del cole en el coche de su madre mientras espera a su hermano. Son pequeños detalles que reflejan la pasión por el baloncesto dentro y fuera de El Tejar. Y quizá es también la suma de esos pequeños detalles la que ha convertido al CB Majadahonda en uno de los clubes de referencia del baloncesto madrileño.
Chema Fernández, en el centro, con uno de los equipos infantiles