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Colegio Brains, la fórmula del éxito



El Colegio Brains ha conseguido esta temporada un hecho histórico: situar a sus equipos de minibasket en todas las finales posibles. Ocho de ocho, con un balance final de tres campeonatos de Madrid y cinco subcampeonatos. Pocos días después de la Fie...

Colegio BriansEl Colegio Brains ha conseguido esta temporada un hecho histórico: situar a sus equipos de minibasket en todas las finales posibles. Ocho de ocho, con un balance final de tres campeonatos de Madrid y cinco subcampeonatos. Pocos días después de la Fiesta del Mini, el Brains lograba además el 'doblete' en el Torneo de Colegios Federados. Un año histórico para culminar una trayectoria basada en el trabajo, en la filosofía del centro -el deporte como parte fundamental de la educación- y, sobre todo, en una fórmula: conseguir que los niños disfruten compitiendo al baloncesto.



 

Más de un centenar de campeones o subcampeones del minibasket madrileño estudian en el Colegio Brains-María Lombillo, un centro de Educación Primaria relativamente pequeño -alrededor de 500 alumnos-, lejos de las grandes dimensiones de su 'hermano mayor', el colegio Brains-La Moraleja, 'donde individualmente hay un trabajo muy bueno, pero el deporte está más diversificado', como asegura Miguel Ángel López, Fofi, responsable del Club Deportivo.


Los diez trofeos conseguidos este año en minibasket presiden
la entrada al colegio Brains-María Lombillo.

En el María Lombillo, en parte debido a su reducido espacio, el deporte prioritario es el baloncesto. De los 500 alumnos del centro, 154 -la tercera parte del total- practican el deporte de la canasta en el Club Deportivo. Aunque, según recalca Miguel Ángel, 'no tenemos a los niños todo el día jugando al baloncesto, como dicen algunos. Eso es un mito'.


Los niños de la Escuela, en plena clase de baloncesto.

Desde los primeros cursos de Primaria, aunque 'por la demanda de los padres, también hay algún niño de Educación Infantil', los alumnos que lo deseen pueden formar parte de la Escuela y entrenar durante una hora a la semana. A partir de 3º de Primaria, ya en categoría Benjamín, los entrenamientos se amplían a dos días a la semana, y a partir de Alevín, a tres. Los alevines se entrenan en las pistas exteriores y los más pequeños, en las dos canchas situadas dentro del colegio. En ambos casos, las instalaciones son un modelo de seguridad, con todas las paredes acolchadas para evitar posibles lesiones o golpes.


Las más jóvenes promesas del Brains reunidas junto los técnicos de la Escuela.

Todas las canastas del colegio son de mini (a 2,60 m. del suelo), pero los balones están adaptados a cualquier edad, desde minibalones, casi de juguete pero con un bote similar al de los grandes, hasta los reglamentarios de minibasket. 'Queremos que cada niño tenga un balón adaptado a su edad, aunque de vez en cuando vamos cambiando para que se acostumbren a todos los tamaños', dice Javier Castañeda, coordinador de baloncesto.


En el último Día del Mini el Brains
estuvo presente en ocho finales,
de las que ganó tres.

Ni Miguel Ángel ni Javier quieren hablar de secretos para los éxitos deportivos del colegio, que el primero basa en 'el trabajo. Es indudable que lo de este año es un hecho histórico que difícilmente se podrá repetir, pero en los catorce años que llevamos compitiendo siempre hemos tenido campeones o subcampeones de Madrid'. 'El baloncesto ayuda a la formación social, de compromiso, de responsabilidad Javier Castañeda apunta como otra de las causas 'la suerte de contar con un grupo de entrenadores que lleva mucho tiempo trabajando junto, y tiene una metodología de trabajo muy similar'.


El apoyo de las familias resulta decisivo
para la trayectoria de los equipos

En lo que ambos coinciden es en considerar fundamental el apoyo del centro educativo, que considera el deporte como uno de sus pilares formativos. Paloma López, directora del Brains-María Lombillo, explica que 'el deporte les aporta a los niños muchísimas cosas. Es fundamental para su educación. Por eso le damos mucha importancia, no sólo en el Club Deportivo sino en el día a día'. Y ¿por qué en concreto el baloncesto? 'Un poco por tradición y por todos los valores que fomenta. Es un deporte de equipo, no es individual, y eso ayuda a la formación a nivel social, de compromiso, de responsabilidad.'.

Miguel Ángel va más lejos: 'El baloncesto sociabiliza mucho más y mejor que otros deportes. Sin desmerecer, por ejemplo, al fútbol, el baloncesto siempre ha tenido una tradición más educativa. Es más formativo para inculcar a los niños valores que les valgan después, en su vida diaria. El fútbol, quizá por la masa social tan amplia que tiene, no es tan familiar'.


Los jugadores no solo aprenden
los fundamentos técnicos del baloncesto,
también a competir.

Al sentido familiar del baloncesto como deporte se une el apoyo de las familias de los alumnos. 'Los padres están muy involucrados. Facilitan el trabajo de toda la estructura, a nivel de disciplina, de transporte, de sacrificios familiares. Siempre están a favor.' Las familias apoyan al Club Deportivo y los alumnos-jugadores están plenamente identificados con  el centro. De hecho, pasean el escudo del colegio por todas las canchas e incluso suelen posar con él. Miguel Ángel da la explicación: 'A través de todos los adultos que están a su alrededor, como las familias, la dirección del centro, los entrenadores., se genera que los niños se sientan una parte importante del colegio. Pero no sólo en el deporte, sino en cualquier actividad. El niño del Brains está feliz en el colegio. Se siente bien, y si disfruta del colegio, disfruta de todo lo que hace aquí.'

Como el colegio Brains-María Lombillo es un centro de Educación Primaria, nadie garantiza que los alumnos continúen practicando el baloncesto cuando llegan al instituto. 'A veces en la vida hay frustraciones y hay que saber superarlas. También hay que aprender a perder' Desde su experiencia, con 21 años en el centro, el responsable del Club Deportivo sólo aspira a 'que les quede el poso, a que se metan en esa dinámica. Puedo decir que de las generaciones de 1982 ó 1983 hay un amplio número de chavales, que ya son jóvenes de veintitantos años, que siguen jugando, o que quieren hacerse entrenadores, o árbitros.'. Otros lo dejan, porque 'cuando vives la competición, tienes resultados y luego dejas de tenerlos surge un pequeño conflicto. Pero eso también sucede en la vida. No siempre se puede ganar'.. Por eso, igual de importante que el deseo de ganar es saber superar las derrotas. Como apunta Paloma López, 'es algo más que enseña el baloncesto. A veces en la vida hay frustraciones, y hay que saber superarlas. También hay que aprender a perder'.


El escudo del colegio suele estar presente
en los partidos y las entregas de trofeos.

Otros clubes o colegios de Madrid también tienen tradición de jugar al baloncesto, también cuentan con el apoyo de las familias o tienen cuerpos técnicos de calidad. La explicación a esas ocho finales y a los títulos masculino y femenino en el Torneo de Colegios, la fórmula del éxito, sigue sin aparecer. Quizá está sólo en ver cómo los niños de la Escuela disfrutan mientras aprenden a competir con sus decenas de pequeños balones. Quizá en que los entrenadores del Brains no enseñan sólo a jugar, sino también a competir. Consiguen el siempre complicado equilibrio entre diversión y competición, entre juego y enseñanza. Consiguen que los niños y niñas del María Lombillo aspiren a ganar y, cuando ocurre, también aprendan a perder. El secreto puede estar en un comentario de Miguel Ángel López, Fofi: 'El objetivo es intentar que el niño se lo pase bien a través de la enseñanza, de la educación, que aprenda, que sea disciplinado, pero, por encima de todo, que disfrute'.


Los componentes de los equipos masculino y femenino
que triunfaron en el reciente Torneo de Colegios Federados.

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