'El baloncesto empieza por la base'. El lema del Baloncesto Torrelodones lo dice todo. O casi. Cuidar la cantera es el objetivo pero la clave está en cómo hacerlo. En Torrelodones se trabaja con profesionalidad, entendida no solo como capacidad para hacer las cosas bien sino como dedicación exclusiva. En más de veinte años de historia el club ha tenido de todo, unos comienzos modestos, una grave crisis en la que rozó la desaparición y un salto en cantidad y calidad.
La Agrupación Deportiva Torrelodones -Baloncesto Torrelodones como denominación de marca y Espacio Torrelodones si incluimos el patrocinador principal- surgió en 1990 en un municipio que entonces rondaba los 6.000 habitantes, muy lejos de los 22.000 actuales. El objetivo era englobar en un solo club los equipos federados de varios deportes, los minoritarios tras el poderoso fútbol. No solo baloncesto, también voleibol, balonmano. Entre los nombres propios, miembros de la junta directiva como Luis Salvat, Juan Carmona, Javier Avilés, José Antonio Mur, Carlos García, José Antonio Vallejo, Pablo Blázquez, Manuel Ávila y Manuel Martín, y en el banquillo, Juan Manuel Tena. Unos comienzos modestos que, en el caso del básquet, se plasmaban en cuatro o cinco equipos en las categorías más bajas.
David García, el actual presidente, llegó en 1991 para entrenar uno de esos primeros equipos. Cuatro años más tarde, se integró en la nueva directiva, presidida por Enrique Amaré, cuando el Torrelodones se convirtió en un club exclusivamente baloncestístico. "Las personas que llevaban los demás deportes siguieron otros caminos y sus equipos dejaron de jugar en categorías federadas. Nos quedamos los de baloncesto, que decidimos seguir adelante", recuerda.
En 1996, el club consigue la gestión de la escuela municipal de baloncesto. "Eso hace que todo el básquet de Torrelodones pase por nosotros y crecemos de seis equipos a diez", explica el presidente. La cantera aún era escasa, sobre todo la femenina, pero el primer equipo masculino, bandera del club, comenzaba a escalar posiciones. Asciende de Segunda Autonómica a Primera y de allí a Primera Nacional. En el punto de mira está la Liga EBA, pero en 2001 un desencuentro con el ayuntamiento frena el crecimiento del club e incluso lo deja al borde de la desaparición. "Se habían comprometido con nosotros a soportar el ascenso a EBA pero en el último momento nos fallaron. El club, que entonces dependía de las subvenciones municipales, estuvo a punto de desaparecer y se quedó con apenas cinco equipos".
La formación continúa con el campus de tecnificación.
Poco después de la crisis Enrique Amaré se marcha por motivos laborales. David García se queda como presidente en funciones. "Entonces recurro a algunos jugadores y entrenadores para tirar del carro. Al año siguiente, en 2002, aumentamos la base de socios y convocamos elecciones". Ese año el club cambia de rumbo. Se renueva la directiva y entran, entre otros, Víctor Solis, vicepresidente; Salvador Romero, director de marketing; y Conrado Cea, tesorero. De apuntar al primer equipo como objetivo prioritario se pasa a mirar abajo, a la cantera. De una posible desaparición a fijar unos objetivos ambiciosos con un plan estratégico a cuatro años.
Nacho Traver, exjugador, entrenador y actual director ejecutivo, recuerda que "costaba horrores completar los equipos de competición federada y "En 2004 nos convertimos en el deporte rey del pueblo por encima del fútbol" nos plantearon que en cuatro años había que meter al menos uno por categoría en Preferente y al primer equipo masculino en la Liga EBA, además de tener un minibasket muy fuerte. En definitiva, se trataba de poner a un club de pueblo entre los mejores de Madrid".
Salvador Romero, experto en marketing deportivo, diseñó el cambio de imagen. Nuevo logotipo, alejado de los tópicos y con aires medievales, y una gama de colores corporativos. En las camisetas el amarillo se sustituyó por el negro. Y por encima de todo, un lema, 'el baloncesto empieza por la base'. "Nuestro objetivo es crear un club de base que sea uno de los mejores de España. Es el concepto principal y lo que manda desde entonces. Queremos tener la base más amplia y mejor posible y desarrollar el baloncesto a todos los niveles", explica David García.
Con esta meta, a partir de 2002 el Baloncesto Torrelodones se extiende rápidamente por los colegios de la zona para trabajar con los más pequeños y programa numerosas actividades para popularizar el básquet en el municipio y sus alrededores. "Llenamos los colegios de canastas que diseñamos nosotros y llevamos a fabricar a un herrero. Desarrollamos eventos como el circuito sub'20, un torneo internacional, un 3 contra 3 con más de 60 equipos, dos campus. Todo para incentivar y motivar a la gente".
En el aspecto técnico, el club comienza a recurrir a profesionales a tiempo completo. Sasha Stratijev, entrenador español de origen serbio, ficha como director técnico full time. Mientras, la cantera no para de crecer, tanto en chicos como en chicas. "En dos o tres años dimos un salto cuantitativo tan grande que llegamos a 18 equipos, con más de 200 jugadores, y nos convertimos en el deporte rey del pueblo por encima del fútbol". Y junto al crecimiento deportivo, el económico. Más jugadores, más tirón popular y, por tanto, más dinero. "Encontramos más patrocinadores, vendíamos más publicidad, los campus empezaban a generar ingresos."
La conquista del prestigioso torneo de Lissone es uno de los mayores éxitos deportivos.
El interés por la cantera no se quedaba solo en palabras ni en números. Como parte de la estrategia, en el Baloncesto Torrelodones los entrenadores más experimentados se hacen cargo de los equipos más pequeños. Una ventaja de tener técnicos a tiempo completo que pueden adaptarse a los horarios de los benjamines o alevines. "Siempre decimos que los mejores entrenadores abajo. De hecho, cuando llegó Sasha cogió el benjamín de segundo año", comenta David García. Lo mismo sucedió en 2005 con Davor Matkovic, el segundo entrenador profesional en llegar a Torrelodones. En su caso, el cambio fue más drástico. "Coincidí en Francia con una entrenadora que me invitó a conocer Madrid. Aquí contacté con Sasha y me vine. Pasé de entrenar en Primera División masculina en Croacia a llevar un infantil federado femenino", recuerda.
Stratijev, que abandonó el club en 2008, y Matkovic, actual responsable de los equipos femeninos, abrieron en Torrelodones una tradición de técnicos balcánicos, aunque en realidad "el primer contacto fue con Ranko Zeravica [seleccionador de la Yugoslavia campeona olímpica en 1980 y entrenador del Partizan, Barcelona y CAI entre otros] que llegó a ser director de nuestros campus", apunta el presidente. Víctor Solís explica la razón de mirar hacia la antigua Yugoslavia: "Aquí, en España, la mayoría de los entrenadores trabajan en otras cosas y entrenan por la tarde. Solo si reciben una oferta muy buena y lo ven muy claro se hacen profesionales, pero ellos no, los serbios y croatas están licenciados en baloncesto y llevan toda su vida dedicándose exclusivamente a esto".
Eso sí, la adaptación a una nueva cultura y forma de ser también cuesta. Como dice Víctor Solís, "allí tienen la misma disciplina y el mismo respeto por el entrenador que había en España en los años 70. Los jugadores tienen que adaptarse a su forma de trabajar y ellos también a nuestra forma de ser". Después de 18 años, la mitad de su vida, dedicado al baloncesto, a Davor se le rompieron algunos esquemas al llegar a España: "Descubrí que los españoles juegan mucho mejor que entrenan. No lo entendía. Yo pensaba que si no entrenas bien, no puedes jugar bien, pero aquí no es así. A lo mejor no se entrena, pero cuando hay que jugar los españoles lo dan todo".
Los títulos en mini se han convertido en una costumbre en los últimos años.
La profesionalización dio sus frutos. A la terna serbocroata se unió otro entrenador a tiempo completo, Nelson Córdoba. Y llegaron los éxitos, como el título de Madrid en el benjamín masculino dirigido por Nelson y el ascenso a Preferente del infantil femenino de Davor. "La llegada de entrenadores profesionales nos ha servido para crecer" "Además, la llegada de entrenadores profesionales nos sirvió a los técnicos jóvenes para mejorar nuestra formación. Aumentó la calidad de todos, jugadores y entrenadores", apunta Nacho Traver. En 2006 el plan estratégico había cumplido casi todos sus objetivos: "Ya teníamos equipos en Preferente, una marca potente en nuestro entorno geográfico, presencia en los colegios y una base de chavales muy interesante. Además, venía mucha gente a ver al primer equipo e incluso en un partido contra el Real Madrid llenamos el pabellón. ¡más de 700 personas! Empezaba a prepararse un salto de calidad", señala David García.
Faltaba el ascenso a EBA, que se produjo al año siguiente, en 2007. Una temporada de ida y vuelta bajo la dirección de Ivo Simovic, fichado del Estrella Roja de Belgrado, quien, tras la marcha de Sasha Stratijev al año siguiente, se convirtió en director técnico. Curiosamente, un clásico del básquet nacional, Alfonso Reyes, cerró su carrera jugando en EBA con la camiseta del Torrelodones.
En 2008 el serbio Darko Rajakovic tomó las riendas del senior masculino y, dos años después, lo devolvió a EBA. Rajakovic integra en su trayectoria la tradición yugoslava y la NBA. "Es entrenador ayudante del equipo de verano de San Antonio Spurs -explica David García-. Lleva al EBA, en verano se va a Estados Unidos donde está un mes con el equipo técnico de San Antonio, y luego, cuando vuelve, entrena un infantil". Otro serbio, Nemanja Iovanovic, completa la nómina de técnicos balcánicos en Torrelodones.
David García, presidente, e Ivo Simovic, director técnico, en un entrenamiento del equipo EBA.
La 'profesionalización' de la cantera -Matkovic compagina el Nacional femenino con el cadete y el alevín; Simovic la dirección técnica con un cadete masculino.- ha dado sus frutos en el último lustro con decenas de títulos madrileños en categorías de formación. Mientras, los primeros equipos masculino y femenino se caracterizan por la juventud. "El objetivo es que tengan gente muy joven, con proyección, y con la mayor presencia posible de nuestra cantera", asegura el presidente. En la temporada 2011/12, el Espacio Torrelodones cuenta con 26 equipos, una veintena de técnicos y más de 300 jugadores. Los pabellones del municipio se han quedado pequeños y sobre la mesa hay numerosos proyectos: "Queremos ser Ciudad del Baloncesto en el Mundial 2014, trabajamos en la construcción de una instalación de gran formato y hemos impulsado la creación de la Fundación Baloncesto y Formación, un ambicioso proyecto para potenciar y desarrollar todo lo que se pueda el baloncesto de base".
Ningún logro deportivo se descarta: "Con el tiempo llegaremos a LEB y seguramente también a Liga Femenina". Pero siempre mirando hacia abajo, sin salirse de la línea marcada hace una década: "El baloncesto empieza por la base y si trabajamos bien con los chicos en todos los sentidos, en el técnico pero también en el entusiasmo, en que sean deportistas, tarde o temprano llegarán arriba. Nos llevará un tiempo pero cada vez saldrán mejores jugadores".
El Baloncesto Torrelodones en 1990 (imagen de arriba) y veinte años después (debajo).