Acaba de cumplir 50 años. Nació oficialmente en 1965 en el colegio Santo Domingo Savio, aunque dos décadas atrás, el salesiano Rómulo Piñol ya animaba a hacer deporte a los jóvenes de la periferia este de Madrid. Ahora, su campo de fútbol de hierba artificial y su nuevo pabellón polideportivo son un oasis deportivo entre bloques de pisos. Aunque en el DOSA el fútbol es mayoría, el baloncesto se mantiene como alternativa desde el principio. En la temporada 2014/15, más de 90 deportistas (de los 650 que tiene el club) han jugado al baloncesto en ocho equipos, uno de ellos subcampeón de su categoría.
Los orígenes del DOSA se remontan a 1947, con la llegada a la zona de Rómulo Piñol como capellán de las escuelas de las Salesianas (actual colegio San José Salesianas), recién instaladas en la cercana calle Emilio Ferrari. En lo que entonces eran las afueras de Madrid, prácticamente sin urbanizar y sin asfaltar, Piñol constituyó un oratorio festivo, un club juvenil de fines de semana, que combinaba la catequesis con el ocio y, en especial, con el deporte. Entre sus primeros recursos, estuvieron dos balones de goma, regalo de las salesianas, con los que los chicos de zona comenzaron a practicar deporte.
Uno de los primeros equipos de baloncesto, en la temporada 1966/67,
con Joaquín Buzón (con chaqueta y corbata) y el salesiano Javier Rosa.
Con el paso de los años, la actividad se hizo diaria y el oratorio de Piñol se transformó en un colegio que fue creciendo hasta convertirse en el actual Santo Domingo Savio. "El deporte existe aquí desde siempre, pero en 1965, una vez que el colegio está asentado, es cuando nacen formalmente los equipos de competición", explica Deogracias González, también salesiano y actual presidente del CD DOSA, que aclara que los objetivos iniciales apenas han cambiado: "Los salesianos siempre nos hemos dedicado a la juventud. Aparte de la enseñanza, seguimos con los jóvenes en el tiempo libre bien a través del deporte o de otras actividades como centros juveniles. Nuestro sistema educativo se basa en la cercanía y la relación directa". Deogracias destaca los valores formativos del deporte: "Aparte de enseñar matemáticas, hay que insistir en otros valores, como actitudes y comportamientos. Con el deporte, se fomenta la integración social, las relaciones humanas, de amistad... y también la exigencia, el compromiso y la responsabilidad".
Desde el principio, el fútbol se impuso como deporte estrella, pero hubo un lugar para el baloncesto (el club conserva imágenes de equipos de los años 60) y para otros deportes, como el voleibol o el balonmano. Después llegaría el fútbol sala. Fiel a su filosofía, el club no se limitó a los alumnos del colegio (entonces, solo masculino) sino que se abrió al barrio. Como recuerda Damián Díez, coordinador de baloncesto, "yo vivía aquí de pequeño y en los 70 me engancharon por el servicio que nos daban. Aparte del deporte, había otras actividades, como cineclub o excursiones. Era el único sitio al que podías venir. Las alternativas eran los descampados o los billares, no había otra cosa, y aquí estabas protegido. Era deporte preventivo de otras actividades de riesgo. Entonces esta era una zona complicada y en los 80, con el peligro de la droga en la Avenida de Guadalajara [a apenas 2 kilómetros en línea recta], se endureció mucho más".
Precisamente a comienzos de los 80, el deporte en el Santo Domingo Savio dio un salto por arriba gracias a la labor de la Asociación de Antiguos Alumnos. Los profesores del colegio (salesianos) gestionaban directamente los equipos de los más pequeños, y los antiguos alumnos (seglares) los de las categorías superiores. En 1982, el baloncesto alcanzó su meta más alta con el equipo sénior, que, patrocinado por McDonald's, llegó a 3ª División Nacional, donde se mantuvo tres temporadas. "Coincidió el boom del baloncesto de los ochenta, que tuvimos una buena generación y la ayuda de las empresas de la zona [el cercano polígono de Julián Camarillo]. Por eso llegamos hasta 3ª División con muy pocos recursos", señala Damián Díez. El presidente apunta que "los chavales que acababan en el colegio querían seguir manteniendo la relación porque había un ambiente muy cercano y familiar. Se les dejó un local y comenzaron a formar equipos y a montar otras actividades de fines de semana, culturales o de entretenimiento. El colegio llevaba las categorías hasta cadete, bajo el nombre de Santo Domingo Savio, y los antiguos alumnos a partir de juvenil como DOSA. Así funcionamos durante muchos años".
En 1982, el DOSA llegó a 3ª División Nacional con el patrocinio de McDonald's.
El entrenador era Víctor Domingo y la cancha de juego, el Circular de San Blas.
Entonces el colegio era solo masculino, aunque Damián Díez señala que "el Salesianas San José ya tenía tradición de baloncesto. Por ejemplo, Conchi Navío jugó allí en los setenta y después llegó a internacional".
En 1988, la gestión del deporte en el Santo Domingo Savio se unificó y el CD DOSA se inscribió en el Registro de Asociaciones Deportivas de la Comunidad de Madrid bajo la presidencia de Rufino Tabanera. También ese año los socios comenzaron a pagar cuotas. "Antes todo lo que costaba el deporte lo ponía el colegio. A los chavales no se les cobraba nada y los equipos de antiguos alumnos sacaban los cuatro duros que necesitaban con fiestas, rifas o el apoyo de alguna empresa de la zona. Al unificarlo todo, pusimos una pequeña cuota para cubrir el gasto en material deportivo, equipaciones, arbitrajes, etc...", explica el actual presidente, que, destinado en el colegio desde 1980, asumió el cargo poco después. A comienzos de los noventa, el antiguo alumno y exjugador Damián Díez regresó al cole para encargarse del baloncesto. Un deporte que mantuvo su status, a la sombra del fútbol, mientras otras secciones, como el voleibol masculino (que llegó a ser filial del Real Madrid) o el montañismo, aparecían y desaparecían. Deogracias González explica que "lo nuestro es vocacional. Siempre que había alguien que movía un deporte, ese deporte tiraba para arriba, pero cuando no estaba desaparecía". Damián Díez apunta que "desde siempre, aquí todo está basado en el voluntariado, solo con una pequeña compensación para cubrir gastos" .
Las nuevas oficinas del club están forradas por fotos de todos los equipos.
El salto definitivo del baloncesto llegó con la construcción del nuevo pabellón polideportivo en 2010. De los cuatro o cinco equipos, tope de los años anteriores, se ha pasado a los ocho de la temporada 2014/15. En total, alrededor de 90 jugadores. Cinco equipos han competido en los Juegos Deportivos Municipales de Madrid (benjamín, alevín, infantil, cadete y juvenil); los más mayores (Sub'21 y senior masculino) y los más pequeños (prebenjamines) lo han hecho en la liga de la Federación de la Baloncesto de Madrid y las Jornadas de Babybasket organizadas por la FBM. Precisamente, el sénior acabó la temporada como subcampeón de Segunda Autonómica y logró el ascenso a Primera Autonómica Serie B.
Por su origen y filosofía, el DOSA es un club de colegio, que adapta las competiciones en que participa al nivel deportivo y de compromiso de sus equipos. "¿Por qué tenemos más equipos en los Juegos Deportivos Municipales? Es una competición acorde a nuestro nivel y además tiene la ventaja de la cercanía. Funciona muy bien y no hay desplazamientos largos", señala Damián. En el mismo sentido, el presidente comenta que "el deporte esclaviza a los padres el fin de semana y que el desplazamiento sea más corto supone una ventaja". La competición federada se reserva para "los equipos con mayor nivel deportivo. Equipos buenos y con continuidad. Queremos que la liga o la categoría se adapte al nivel que tenemos, no estar en una competición en la que no tenemos posibilidades de hacer nada".
El mayor hándicap del baloncesto para crecer continúa siendo la competencia del fútbol. Frente a los ocho equipos de basket, el DOSA tiene... ¡22 de fútbol! "Empiezan muy pronto, con 4 años, y es muy atractivo para los chicos físicamente buenos. Pueden seleccionar a los mejores", se lamenta Damián. En chicas también hay rival, el voleibol, con cinco equipos femeninos. El resto de los 650 deportistas del DOSA están en los cuatro equipos de fútbol sala.
Pero el baloncesto ha tomado carrerilla en estos últimos cinco años y está dispuesto a seguir creciendo. Con cinco equipos masculinos y tres mixtos (prebenjamín, benjamín y alevín), el próximo reto es sacar un infantil femenino. "Tenemos cuatro o cinco chicas que llevan tiempo jugando. Si conseguimos otras cuatro o cinco, lo haremos", afirma Damián, que también ha insistido en arreglar el patio para contar con las pistas exteriores, ya que el pabellón es de uso compartido entre baloncesto, fútbol sala y voleibol, más algunas horas de concesión a una empresa privada.
Un partido del senior, subcampeón de 2ª Autonómica en la temporada 2014/15.
Igual que al principio, el club da servicio a todo el barrio, no solo a los alumnos. En la actualidad, aproximadamente la mitad de los deportistas son del colegio y la otra mitad de fuera. Un porcentaje que varía en cada deporte y también por categorías. En baloncesto, el número de alumnos es ligeramente superior, y el porcentaje aumenta en las categorías inferiores. Damián insiste en recordar que de los entrenadores (unos 80 en total, 15 de ellos de baloncesto), la mayoría son exalumnos y exjugadores. "Preferimos a gente del colegio, que nos conozca y conozca nuestra filosofía, que a alguien de fuera aunque sea muy bueno. Así también damos a los nuestros la oportunidad de aprender".
La competencia de clubs cercanos, como el Joyfe, a apenas 700 metros; o el Distrito Olímpico, en el distrito de San Blas, no preocupa en exceso. Damián Díez es contundente: "Somos mundos distintos. Nosotros entrenamos dos días a la semana, porque aquí lo principal es que se pueda compaginar con los estudios. Si hay algún chico que destaca y quiere apostar por un club más potente, donde entrena tres o cuatro días, no nos metemos. Es otra historia. Intentamos mejorar, pero no vamos más allá. No competimos con ellos". Siempre con esa filosofía como base, el presidente apunta alto: "La calidad se va consiguiendo a medida que tienes más jugadores. Lo estamos viendo en fútbol y también en baloncesto. Seguiremos mejorando y tendremos más equipos en federación, estoy convencido".
Con motivo del 50 aniversario, se celebró un partido de veteranos.
En un club con tantos deportes y equipos, el mayor problema es "compaginar los horarios en los entrenamientos y competiciones", aunque lo que más empieza a preocupar es la gestión futura. "Nuestra forma de funcional, en plan voluntariado, va a menos -apunta Damián- Hace falta que las personas estén muy implicadas y no hay otro salesiano como Deogracias. ¿Qué sucederá cuando se marche o se jubile? No hay un relevo. En otros sitios se tiende a la gestión de empresas de servicios deportivos, pero funcionan de otra manera. De entrada, pondrían cuotas mucho más altas para las familias". El presidente es más optimista: "Este trabajo tendrá que hacerlo un seglar, un profesor, que estará integrado en el colegio pero, lógicamente, tendrá que poner un límite para compaginarlo con su familia, su trabajo..." Pase lo que pase en el futuro, el DOSA cuenta a sus espaldas con medio siglo de historia. "En las celebraciones del 50 aniversario hemos organizado partidos de exjugadores y te encuentras con gente que no has visto en 40 años. ¡Es muy emocionante!", apunta Damián.