Bajo la moderación de Ramón Márquez, el debate mostró su riqueza desde el primer momento con el intercambio de experiencias entre los ponentes (por ejemplo, Quirino trabaja en la preparación física desde hace 25 años) y los que empiezan. La diferencia entre el trabajo entre un club y un colegio fue el primer tema de debate junto a la situación en los clubs que carecen de preparador físico. "Por eso es muy importante que el entrenador conozca este trabajo", señaló Rafa Navarro.
Cuando el club dispone de las dos figuras resulta básica la buena relación y armonía entre ambos. "Cada entrenador es un mundo, hay algunos más analíticos y otros más dinámicos. Es muy importante conocer como trabaja cada uno porque nosotros nos adaptamos a ellos", comentó Quirino. Rafa Navarro coincidió: "Tiene que haber una buena comunicación entre el entrenador y el preparador físico".
Todos estuvieron de acuerdo en que el trabajo debe ser precoz. Cuanto antes mejor, empezando por la coordinación "porque si no hay una buena coordinación después es imposible trabajar la técnica individual". También, la resistencia, la velocidad e incluso la fuerza, siempre con ejercicios adaptados a la edad de los jugadores. "De 8 a 12 años la coordinación es fundamental. A partir de los 10 se pueden trabajar la fuerza explosiva y la velocidad sin problemas", señaló el responsbale del Rivas Ecópolis. ¿Y cuándo no hay gimnasio o se dispone de pocos medios? "Muchos juegos y ejercicios con el propio peso corporal", apuntó Sergio Olivares. Porque en edades tempranas manda que el jugador termine el entrenamiento con ganas de volver. Como dijo Navarro, "lo más importante es que el chaval se divierta y que termine con la camiseta sudada".
Diversión y juegos sí, pero en todos los casos una preparación enfocada a lo que se va a hacer después: jugar al baloncesto. Quirino rompió tópicos: "¿Por qué los jugadores dan vueltas a la cancha antes de empezar un partido? ¿Qué van a hacer? ¿Correr un maratón?". Rafa Navarro aportó datos: "La carrera continua mejora la forma física pero no sirve para el baloncesto. Ningún jugador supera los ocho mil metros recorridos en un partido".
Desde los asistentes surgió un problema: ¿Y cuando algún jugador no puede seguir el ritmo del resto? Navarro propuso adaptar el trabajo a la media del grupo, Olivares proponer distintas metas según las cualidades de cada uno... Distintas soluciones, igual que hay numerosos manuales sobre preparación física. Pero, como dijo Quirino, "todos tenemos la chuleta. El problema es cómo y cuándo aplicarla, adaptarla a dónde estamos y con quién".
Una vista de la sala, llena de técnicos de formación.
Desde su larga experiencia, el responsable de la preparación física del Rivas Ecópolis apuesta por objetivos a largo plazo porque "hay que formar, no acelerar etapas" y reconoció que en esta temporada, su primera en un club exclusivamente femenino, le ha sorprendido "la impresionante capacidad de sacrificio de las jugadoras". El debate se enriqueció con la aportación entre los asistentes del veterano Juan Paz, un referente del baloncesto colegial madrileño, que formó en sus inicios a jugadoras como Amaya Valdemoro y Elisa Aguilar. Paz destacó la evolución del trabajo y de la formación en los últimos años.
En hora y media también hubo espacio para la autocrítica. "Todos decimos que la base es lo más importante, pero si los más pequeños no suelen tener preparador físico algo estaremos haciendo mal", dijo Rafa Navarro. Y para la humildad como camino hacia una buena formación: "Ahora tenéis muchos puntos de información, muchos más de los que teníamos hace años. Consultar a los profesores, a los grandes profesionales...", aconsejó Quirino.
Los protagonistas del debate: Javier Cerón 'Quirino', Ramón Márquez, Rafa Navarro y Sergio Olivares.