Con dos técnicos de reconocida trayectoria en el baloncesto madrileño de base, y moderada por Alfonso Morgado, la hora y media de charla pasó muy rápido. Tuvo numerosas intervenciones de los asistentes, y trató muchos de los aspectos que rodean la formación de los más pequeños.
Alfonso Morgado, Diego Blázquez y Chema Carretero hablaron
del trabajo de formación con los jugadores de minibasket.
El primero fue la necesidad de trabajar la coordinación en edades tempranas. ¿Es necesaria? ¿Cuánto tiempo hay que dedicarle? Diego Blázquez habló desde su experiencia en dos clubs diferentes. "En el Corazonistas fue una iniciativa de tres o cuatro entrenadores y en Rivas está planificada por los preparadores físicos del club". En cualquier caso, Blázquez recomendó trabajar la coordinación y la psicomotricidad diez o quince minutos en cada sesión de entrenamiento, "porque a largo plazo el cambio es brutal, se nota muchísimo".
Chema Carretero, que además de entrenador es profesor de educación física, coincidió con su compañero: "La coordinación es clave y en muchos sitios no se dedica el tiempo necesario". Diego Blázquez fue tajante: "Va antes que el baloncesto y que cualquier deporte. Un niño tiene que saber correr, saltar, frenar, cambiar de dirección, cambiar de ritmo... y todo esto sin caerse ni salirse del campo". Hay ejercicios para todos los gustos, más o menos lúdicos (incluso con frisbees), adaptados a todas las necesidades y espacios (en una banda, sin canastas ni balones). Los dos ponentes recomendaron especialmente los ejercicios con escaleras y sus variantes, muchas de ellas de transferencia directa al juego con balón.
Diego Blázquez insistió en el trabajo de coordinación.
Porque la habilidad motriz es el paso previo a la técnica individual. La premisa fue la misma: ¿Hay un exceso de técnica individual en minibasket? Este segundo capítulo de la charla comenzó con un ejercicio de autocrítica. "A veces se nos va de las manos. La técnica individual es importante, pero no hay que saber mucha en muy poco tiempo. Los niños deben saber muy bien lo que enseñes en el tiempo que necesites. No se trata de entrenar mucho sino de entrenar bien, y lo único fundamental es que al acabar benjamín el niño domine cuatro fundamentos básicos", comentó Diego Blázquez. Chema Carretero también reconoció que "en ocasiones, nos saltamos pasos. En benjamín basta con dominar el pase, el bote y la entrada a canasta para, en la etapa de alevín, pasar a lo siguiente". Pero sin dogmas, siempre de forma flexible, porque hay que adaptarse al ritmo de cada equipo y, más en concreto, al caso particular de cada jugador. "No hay que entrenar por edades o categorías sino por conocimientos", sentenció Diego Blázquez. Y siempre repasando lo aprendido "porque en una semana se puede olvidar todo".
El paso del 1x0 al 1x1 en los entrenamientos centró algunos minutos del debate por la posibilidad de 'enfrentar' en los entrenamientos a jugadores de distinto nivel técnico y los efectos contraproducentes que eso genera en la formación. Blázquez y Carretero recomendaron una transición mediante ejercicios con conos o distintos obstáculos de mayor o menos dificultad. "No se puede pasar de cero oposición a oposición absoluta", recomendó Diego Blázquez.
Ya con los asistentes plenamente involucrados en el debate, se habló de la posible precipitación en la formación del niño, de la ansiedad porque aprendan mucho y pronto, y del eterno debate entre formación y competición. Todos coincidieron en que la respuesta está en el término medio: igual que una técnica individual rica puede marcar la diferencia, hay que adaptarse a la evolución de cada jugador. Dos interesantes apuntes llegaron desde el público: "Que el chaval quiera volver al entrenamiento al día siguiente porque se lo pasa bien" y "el niño compite desde pequeño por su propia naturaleza".
Y de aspectos generales a los más concretos, como la posibilidad de enseñar a los niños de minibasket una defensa en ayudas. Hubo opiniones a favor y en contra, incluida, una vez más, la necesidad de adaptarse: "Si los jugadores ya dominan todo lo anterior y son capaces de hacerla, ¿por qué no?...", apuntaron muchos de los asistentes. "Hay distintos tipos de defensa de ayudas. Si entendemos ayudar al compañero y salir a defender al jugador que se va a solo a canasta, hay que entrenarlo", puntualizó Diego Blázquez. "La clave es para qué la hacemos, cuál es el objetivo. Si se trata de enseñar táctica individual, puede valer. Lo que no puedo es destruir el juego", dijo Chema Carretero. El tema se ilustró con esquemas y anécdotas. La defensa de ayudas tuvo margen para el debate, pero la defensa en zona en mini no. La gran mayoría de los asistentes la rechazaron de plano por su escaso valor formativo.
La charla se convirtió en un intercambio de ideas entre los ponentes y el público.