La XII edición de los Coloquios FBM trató sobre prevención de lesiones y tuvo como protagonista a la doctora Carmen León París, jefa de los servicios médicos del Real Canoe. Además de sus 15 años en el club canoísta, Carmen León es médico de la selección femenina y trabaja con las federaciones de atletismo y rugby. Una completa visión de la medicina en el deporte y una extensa charla con consejos para prevenir problemas físicos en los jugadores de todas las edades.
"Yo hablo mucho", avisó Carmen León al comienzo del coloquio. Y lo hizo durante hora y media larga sin apenas interrupciones (solo algunas consultas de los asistentes), con dos sorbos de agua y un entusiasmo contagioso... El moderador, Ramón Márquez, tenía preparado un guión de cuatro puntos: los factores de riesgo de las lesiones deportivas, la utilidad del reconocimiento médico, el papel del entrenador en la prevención de las lesiones y la colaboración con el equipo técnico. Carmen León enlazó un tema tras otro, porque en realidad todos van unidos, y, junto a términos técnicos, aportó ejemplos y consejos válidos tanto para el baloncesto de élite como el de base, para los equipos que cuentan con un equipo multidisciplinar, y para los que solo tienen un entrenador que hace de todo, porque "cuanta más información tengais sobre estos aspectos, mejor podréis realizar vuestro trabajo. Y no solo información, que se puede encontrar en Google, sobre todo formación".
Ramón Márquez y Camen León, durante el XII Coloquio FBM.
Para empezar, la doctora León habló sobre las causas de las lesiones, las intrínsecas y las extrínsecas o, mejor dicho, los factores que no se pueden controlar y los que sí. Muchos de estos factores ya aparecen en los reconocimientos médicos de comienzo de temporada. Entre los primeros, están la edad (lesiones de crecimiento en los niños o provocados por el deterioro muscular en los mayores de 30 años), el sexo ("las chicas se lesionan más por su constitución") o las cuestiones biomecánicas y genéticas. Factores que no se pueden evitar, pero sobre los que sí se puede trabajar con un tratamiento precoz.
Tampoco se debe entrenar con un jugador enfermo, con fiebre o un virus, "porque no está en las mejores condiciones". Y también es importante la forma física: "Se lesiona más quien no está en forma". En este sentido, cobra especial importancia el trabajo de pretemporada. Como apuntó Carmen León, "las lesiones más frecuentes de comienzo de temporada son la lumbalgia y la fascitis plantar, porque los jugadores suelen llegar de las vacaciones fuera de forma". La nutrición es otro elemento fundamental para prevenir lesiones deportivas.
Hubo tiempo para analizar lesiones muy frecuentes en el baloncesto, como el esquince de tobillo. Y también para principios de fisiología aplicados al deporte: "Lo que no se utiliza, se atrofia". Para mejorar el rendimiento, no vale con mantener la carga de trabajo, hay que aumentarla de manera progresiva. Pero por encima de todos esos aspectos están la individualización ("hay que ver cuales son las necesidades de cada persona") y la autocrítica ("pararnos a pensar si lo que hacemos funciona o no").
Otro factor relacionado con la aparición de lesiones es la falta de flexibilidad. La respuesta está en los detalles y, como paso previo, en el conocimiento de nuestro cuerpo: "Hay que saber estirar el soas, y no es lo mismo estirar el sóleo que el gemelo..." Carmen León aconsejó decididamente los estiramientos para prevenir patologías como lumbalgias o pubalgias, porque "nuestro cuerpo va unido. Por ejemplo, hay que estabilizar la pelvis trabajando los abdominales o el glúteo medio para prevenir problemas de rodilla". Siempre trabajando correctamente. Para ello aconsejó actividades como el pilates, el yoga y, en algunos casos, la natación.
La jefa de los servicios médicos del Canoe distinguió dos tipos de lesiones: las agudas y las provocadas por sobrecarga o estrés. Entre estas últimas, la más frecuente en baloncesto es la fractura del quinto metacarpiano. También hay distintas soluciones, muchas se pueden realizar en casa. "Que el jugador aprenda la técnica y luego lo haga". Y de la misma manera, no es necesario un gimnasio para el trabajo muscular: "Es cuestión de creatividad. Podemos trabajar con elementos alternativos, ver qué tenemos y qué podemos hacer..." Un ejemplo claro: aún mejor que el hielo son las bolsas de guisantes congelados, "que se adaptan perfectamente a la forma de cualquier parte del cuerpo". Como tratamiento global (salvo para contracturas musculares de espalda), la doctora León recomendó cuatro medidas básicas: compresión, elevación, reposo y hielo. En algunos casos, a partir del tercer día también son recomendables los baños de contraste frío-calor.
El papel de los médicos en el deporte es más extenso de lo que parece, porque en categorías inferiores es muy importante el trabajo multidisciplinar. "Nuestra prioridad, la de todos, debe ser formarlos como jugadores y como personas. Tenemos una responsabilidad moral con ellos. Y eso supone dar ejemplo. Es como si yo fumo y le digo al deportista que no debe fumar...". En ocasiones, el cuerpo avisa, "y cuando sucede eso es necesario parar, más aún en los niños". Y otras veces el problema no es solo físico: "Cuando entrenamos a un jugador, no entrenamos solo un cuerpo, sino a una persona con todas sus circunstancias, con la exigencia de los padres o la presión del trabajo".
Por último, Carmen León analizó factores de riesgo externos al jugador pero esenciales, como la elección de las botas adecuadas. "Muchas veces no miran la suela o si se ajusta bien al pie, solo si es la bota de su jugador estrella, los colores y el diseño. Ese no puede ser el criterio porque las botas son una prolongación del cuerpo del jugador".
Numerosos entrenadores de formación siguieron atentos la charla.