'Habilidades de comunicación entrenador-jugador'. Bajo este título, Enrique Redondo, profesor de la Escuela de Entrenadores de la FBM, ofreció el domingo 24 una extensa conferencia, dividida en dos partes, en las XI Charlas Magistrales para Entrenadores de Formación celebradas en la Ciudad Deportiva Valdelasfuentes de Alcobendas. Porque esa comunicación, decisiva para el rendimiento de un equipo, admite muchas variantes. De entrada, "comunicar no es solo hablar. Lo que digo es igual de importante que cómo lo digo".

Enrique Redondo dividió la comunicación entre los entrenador y los miembros de su equipo en tres momentos: los partidos, los entrenamiento y fuera del campo. En cada uno, la comunicación es distinta. No es igual explicar un concepto técnico en medio del vértigo de un partido que en la tranquilidad de un viaje o una concentración.

Hay más diferencias, empezando por el tipo de receptor. "¿Cómo le hablas a un niño de 8 años?", preguntó el ponente, que dividió la comunicación según la edad del jugador (mini, infantil, cadete, junior y senior), su género (hombre o mujer) y su nivel deportivo, que clasificó, en líneas generales, entre colegio, club y élite. En cualquier caso, también hay aspectos y errores comunes, que pueden convertirse en auténticas barreras para una comunicación eficaz, como "una actitud negativa del receptor, prejuicios, falta de atención, falta de un código común, imprecisiones..."

La comunicación es distinta según diversos factores, entre ellos el lugar.

Para superar esas barreras surgieron conceptos clave. Así, en la charla se habló de  inteligencia emocional y de empatía, de saber ponerse en el lugar del interlocutor. También de lenguaje no verbal, que, como dijo Enrique Redondo, "supone el 55 por ciento de la comunicación. Después está el paraverbal [silencios, exclamaciones...] y el porcentaje más pequeño es el verbal". Y tan necesario como saber comunicar es saber escuchar. El profesor de la Escuela de Entrenadores enumeró seis tipos de escucha, de la 'perruna' a la activa, esta última la que exige más esfuerzo y más difícil de conseguir; en medio de la locura de un partido casi imposible.

Otra palabra muy repetida en la conferencia fue la asertividad, la capacidad de defender una opinión respetando la contraria, especialmente útil en situaciones de conflicto. Para desarrollarla hay técnicas, igual que para la empatía, pero no sirven para mucho si el entrenador no conoce y respeta a los jugadores. Por eso Enrique Redondo recomendó "Conocerlos, y no solo a ellos, también sus aficiones o quiénes son sus jugadores o jugadoras favoritos". Sin olvidar que en el mundo del entrenador no solo existe la relación con los jugadores, también los técnicos ayudantes, los presidentes, los padres, lo árbitros o los demás entrenadores.

Enrique Redondo, durante la charla, que ocupó la tarde del domingo.

La explicación se amplió en la segunda parte de la charla con términos más avanzados como la programación neuro-lingústica, su importancia en la mejora de las relaciones interpersonales, y su aplicación a la comunicación entrenador-jugador mediante la creación de metas o la eliminación de límites. "Los objetivos de equipo deben ser compartidos y conocidos por todos los jugadores", sentenció Enrique Redondo, que trató otros temas como los distintos perfiles de personas, la relación con las más difíciles y algo tan importante en el deporte como la motivación y el liderazgo.

Por último, aplicó todo lo tratado a las diferentes edades y niveles de competición. Más juegos en los más pequeños, distintos objetivos o premios según el jugador va creciendo, mayor comunicación dentro o fuera del campo, pero en todos los casos con empatía y asertividad.

Enrique Redondo explicó numerosos aspectos
de la comunicación a decenas de entrenadores de base.