Bajo el título 'Construcción de un ataque por conceptos (I)', Juan Fandiño protagonizó el jueves 21 de noviembre el IX Laboratorio Monográfico, organizado por la Escuela de Entrenadores de la FBM con la colaboración del club Valcude y el Ayuntamiento de Alcobendas. Fandiño adelantó las bases de un juego que se basa en el compromiso, el trabajo y la inteligencia, y se aleja de los sistemas cerrados y los corsés. "El juego por conceptos es más difícil y cansa más, pero crea jugadores más ricos", adelantó el técnico.
Nada más comenzar la conferencia, que se celebró en el pabellón Distrito Centro de Alcobendas, Juan Fandiño dejó claro que "el juego por conceptos se aleja de un baloncesto sistematizado y estructurado", aunque eso no significa que no tenga normas. Es más, "hay que ser muy estrictos, porque exige un nivel de tolerancia cero, sobre todo a no escuchar o no pensar. La mejor cualidad de un jugador es escuchar porque hacerlo significa aprender". Y ahí, el técnico repartió la responsabilidad: "El jugador puede no escuchar por dos razones, porque no tiene interés o porque el entrenador se explica mal".
Juan Fandiño apostó por enseñar al jugador a utilizar su creatividad.
Aunque tiene apariencia de baloncesto libre, el juego por conceptos se basa en los fundamentos individuales y colectivos, y exige algo más. "Hace falta un equipo intenso, agresivo, que nunca se dé por vencido, y, sobre todo, jugadores que piensen". Y para pensar rápido, la única solución es "trabajo, trabajo y más trabajo". Fandiño lo resumió con una sencilla fórmula: "Si les enseñas, ellos aprenden y, finalmente, ganan".
Con la ayuda de jugadores del club Valcude, aplicó la teoría a la práctica con cinco jugadores en pista, muy abiertos para aprovechar al máximo el espacio (otra de las claves). Mediante un sencillo ejercicio de pasar y cortar, demostró como partir del juego estructurado, de una táctica preconcebida, para, en un momento dado, salirse del sistema y conceder libertad de acción al jugador. "En el juego estructurado generamos una situación y atacamos sobre ella. En el juego por conceptos hay que buscar soluciones para distintas situaciones", resumió Fandiño. Como consecuencia, "el juego estructurado es mucho más fácil de jugar, pero también más previsible. El juego por conceptos es más difícil, cansa más, pero también aporta mucha más creatividad y diversión".
Eso sí, la creatividad debe partir de una estructura básica, de "un hábito de trabajo", que tiene un objetivo final: "Conseguir un jugador rico". Entre esa riqueza, Fandiño resaltó la rapidez mental. Cualquier acción tiene cuatro pasos: pensar qué hacer, qué opciones hay, evaluar las posibilidades y ejecutar la acción. La meta del entrenamiento es llegar del primer al último paso en el menor tiempo posible.
Mientras los jugadores realizaban diversos ejercicios (3x3, 4x4...), Fandiño institió en la generación de espacios y, sobre todo, en el trabajo de todos. Con unas bases, pero sin esquemas, sin nada preconcebido, con múltiples opciones. "El ataque lo puede acabar cualquiera, el que tenga la mejor opción", apuntó. Y, ante un público formado en su mayor parte por entrenadores de base, dejó claro que "se puede enseñar a leer el juego desde las categorías de formación". El técnico resaltó la intensidad ("hay que poner el 250 por ciento"), el movimiento para crear espacios y la importancia del pase mientras aumentaba la complejidad de los ejercicios, ya un 5x5 sobre la pista del pabellón Distrito Centro. Por si quedaba alguna duda, se lo dejó claro a los jugadores: "Os pido que penséis".
¿Y cómo sabemos que lo hemos conseguidos, que el juego por conceptos empieza a dar resultado? Juan Fandiño dio varias claves. Entre ellas, que los jugadores estén contentos, se diviertan en el partido y en el entrenamiento ("al utilizar su creatividad, no solo son más completos, sino que se divierten más"), que la transición defensa-ataque siempre sea un contrataque (y aquí puso el ejemplo del actual Real Madrid de Pablo Laso) y que cada jugador tenga el balón en sus manos un máximo de dos o tres segundos. Apuntes para conseguir un jugador más rico, que piense por sí mismo.
Fandiño, con algunos de los jugadores del Valcude que colaboraron en la charla.