El XI Taller de Psicomotricidad y Coordinación organizado por la Escuela de Entrenadores de la FBM con la colaboración del club Valcude y el Ayuntamiento de Alcobendas, demostró que un trabajo muy complejo se puede realizar con elementos muy sencillos y está al alcance de todos, al margen de los medios y de la edad de los jugadores. En el pabellón Distrito Centro de Alcobendas, Íñigo Marcotegui mostró una batería de ejercicios con la ayuda de elementos como cuerdas, aros o conos. Ejercicios aparentemente simples y divertidos, pero también eficaces y muy intensos.

Íñigo Marcotegui, técnico con una dilatada experiencia en clubs madrileños (Estudiantes, Distrito Olímpico, Montserrat...) y que en la actualidad entrena en el CB Macasta y el CB Ciudad de Dos Hermanas de Sevilla, cerró las actividades de la Escuela de Entrenadores de la FBM en el año 2013 con el XI Taller de Psicomotricidad y Coordinación. Una sucesión de ejercicios destinados a trabajar las habilidades motrices y abiertos a todas las categorías y edades, desde canasta pequeña hasta senior. "No hay límites", dijo Marcotegui. Lo confirmó la participación, junto a varios jugadores junior del Montserrat de un voluntario, Pablo, en edad alevín, que siguió el ritmo de los mayores durante la hora y media de taller.

La sesión se abrió con un sencillo ejercicio para fijar la concentración.

Marcotegui destacó la importancia de los ejercicios de psicomotricidad y coordinación, no solo en el aspecto físico, tambien en el mental, debido al desarrollo conjunto de conceptos como el trabajo con balón, la velocidad de reacción, el salto y la coordinación manos-pies. Un todo en uno que empezo con un sencillo ejercicio estático con balones destinado a aumentar el nivel de concentración, aunque todavía sin exigencia física. Poco a poco, esta fue creciendo gracias a los botes en carrera.

El primer elemento ajeno al baloncesto en aparecer fue la comba. Los seis jugadores (los cinco junior y el alevín) fueron de menos a más en una batería de ejercicios que, junto al salto, incluía otros movimientos. Primero sujetar el balón, después botarlo, más tarde recibir un pase, y, por último, tirar a canasta. ¿La meta? "Trabajar muchas cosas  a la vez, el salto, el pase, el tiro...", señaló Marcotegui, quien aconsejó no dejarse llevar por las correcciones técnicas como la mecánica de tiro "porque el objetivo es otro".

Los ejercicios eran adecuados para todas las categorías y edades.

Como en charlas anteriores, el ponente utilizó objetos comunes y fáciles de encontrar. Tras la comba llegaron pelotas de tenis y sus cajas, conos de distintos tamaños o pelotas de goma... Un ejercicio de agarre para trabajar la coordinación viso-manual, que, igual que el anterior, tuvo una progresión ascendente. Cada vez con mayor complejidad e intensidad. Hubo momentos para la sonrisa y la diversión con un ejercicio en el que los jugadores llevaban conos en la cabeza, pero en el que, a la vez, se trabajaban aspectos esenciales en el baloncesto, como botar sin mirar el balón para evitar que el cono acabara en el suelo.

Durante toda la sesión, Marcotegui aconsejó improvisar, imaginar e inventar nuevas variantes con el objetivo de mejorar y adaptarse a las características de cada jugador o cada equipo. Como ejemplo, hizo más flexible la clásica escalera al utilizar aros para un ejercicio  de bote y salto, con dos pies o con uno. En el trabajo de la psicomotricidad no hay límites. Por eso, propuso utilizar otros elementos complementarios, como la música, y, en todo caso, "ser valientes".

Saltar, recibir el pase y tirar. Todo en el mismo ejercicio.

Íñigo Marcotegui da instrucciones en un momento del taller.

Se utilizaron varios elementos a la vez, como balones, pelotas de tenis y conos.

El trabajo no está reñido con la diversión. Lo demuestra este 1x1.

El taller se cerró con una escalera trazada con aros.