"Los entrenadores deben dar pautas, guiar el aprendizaje, sin excesivos detalles ni precisiones porque los deportistas no son robots". Esta fue una de las numerosas conclusiones de la XVI Charla Magistral para entrenadores de formación organizada el domingo 2 por la Escuela de Entrenados de la FBM en el colegio Corazonistas. Isidro Lapuente, doctor en Ciencias del Deporte, psicólogo deportivo y profesor de la escuela, planteó una charla que, bajo el título 'Entrenando el carácter', se alejó de los tópicos con símbolos, ejercicios prácticos y conceptos clave, del desarrollo compartido a la asertividad y la empatía. Dossier completo de la Charla Magistral
Isidro Lapuente comenzó su charla con símbolos y metáforas (tres: faros, brújulas y mapas) y continuó con definiciones y matices: mucho carácter, gran carácter y buen carácter. De las connotaciones negativas a las más positivas. Una charla cercana, directa, con referencias a películas (La rosa púrpura de El Cairo, El show de Truman...) y a deportistas como Amaya Valdemoro. El discurso se trasladó enseguida al día a día de los entrenadores y al desarrollo de los deportistas. No solo deportivo, también personal. Isidro Lapuente destacó la importancia del entorno familiar y propuso el desarrollo compartido. "En el entrenamiento del carácter algo tenemos que hacer los entrenadores, pero también los deportistas y sus familias", sentenció.
Isidro Lapuente, en un momento de la charla celebrada en el colegio Sagrado Corazón de Madrid.
A partir de ahí surgieron más conceptos similares pero diferentes (carácter, personalidad, temperamento...) y también preguntas clave: ¿El deportista nace o se hace? Posiblemente, las dos cosas porque, según dijo Isidro Lapuente. "somos seres psicosociales, mezcla de nuestro temperamento, más genético, y el carácter, que surge de las experiencias del entorno". La charla pasó al terreno práctico con ejercicios que los asistentes (más de un centenar de técnicos) realizaron sobre la marcha en sus cuadernos, móviles o tabletas. Propuestas para fortalecer lo positivo (el gran carácter, el buen carácter...) y limitar lo negativo, y en ese sentido el ponente resaltó la importancia de la autoeficacia percibida: "No vale con que los deportistas sean eficaces, también deben sentirse eficaces".
Y todo ello al margen del entorno, de lo que no se puede controlar. Lapuente utilizó una nueva metáfora, la del globo aerostático: "Si no hay viento, no vuelo, así que no nos quejemos del entorno. Se trata de llevar el globo a nuestro destino, pero ¿sabemos cuál es ese destino? ¿sabemos pilotar el globo?". Para ello, más ejercicios prácticos, como una autoevalución del control de estrés. Caminos para conseguir un entrenador con carácter y, a través de él, un deportista con carácter y con todo lo que ello supone: asertivo, seguro, empático, íntegro, con capacidad de decisión, capaz de aguantar la presión... Numerosas cualidades que el ponente personificó en leyendas de nuestro baloncesto como Amaya Valdemoro o Juan Carlos Navarro.
Los asistentes realizan uno de los ejercicios propuestos por Lapuente.
Isidro Lapuente citó más palabras clave, como compromiso, asertividad, empatía e iniciativa. En esta última, aconsejó a los entrenadores dejar cierta libertad a sus jugadores para que "a través de la imaginación, aparezca la creatividad y la innovación. El método para enseñar no es prohibir sino guiar en el aprendizaje, dar pautas y que el jugador encuentre las soluciones. No se les puede mover con un joystick, los deportistas no son robots. Tanto detalle y precisión limita su creatividad y solo genera inseguridad y ansiedad". ¿El objetivo? "Crear deportistas con carácter, capaces de asumir riesgos", porque, según la frase de Albert Einstein que cerró la charla, "Quién nunca haya cometido un error es porque nunca ha intentado nada nuevo".
Con un faro, uno de los símbolos que empleó en la charla.