'Arbitros-Entrenadores: una relación difícil pero necesaria". El título lo decía todo. La sexta edición de los Debates FBM para entrenadores en proceso de formación, celebrada el lunes 17 de noviembre, repasó los lazos entre dos de las piezas más importantes de un partido de baloncesto, los entrenadores y los árbitros. Nacho García, profesor de la Escuela de Entrenadores de la FBM y primer técnico del Grupo EM Leganés de LF2, apostó por la empatía, la ayuda mutua, aceptar los posibles errores porque "todos los que tomamos decisiones nos equivocamos", y, sobre todo, por no desviar la atención de lo más importante: los jugadores.

"No tenemos que vigilar la labor del árbitro". Así de tajante se mostró Nacho García nada más empezar el VI Debate FBM. En primer lugar, porque eso supone "alejar el foco de los jugadores, de los niños"; en segundo, "porque ya tiene quién les examine para los posibles ascensos o descensos". Es más, "tenemos que intentar empatizar con ellos para ayudarles", dijo el técnico, recordando que, en muchas competiciones, todos los actores (jugadores, técnicos y árbitros) están en proceso de formación. Eso sí, al margen del papel que juegue cada uno en el partido, está el carácter de cada persona. "Hay algunos árbitros más dialogantes y otros menos, algunos mejores y otros peores, pero igual que hay entrenadores que faltan al respeto a sus jugadores o que en minibasket se ponen a jugar con bloqueos o zonas, y eso es igual de grave o incluso peor", dijo Nacho García en  un ejercicio de autocrítica hacia el colectivo de los banquillos.

La palabra clave es la empatía, aceptar a cada uno como es. "No se puede estar en permanente conflicto", sentenció Nacho García, que fue más lejos: "A veces no ayudamos en nada. No recordamos que los árbitros jóvenes están en proceso de formación. Nuestro objetivo debe ser que se acaben de formar y no dejen de pitar, porque hay muchos que después del primer año abandonan, y sin árbitros no podemos jugar. Sin ellos no hay baloncesto". Hablando de formación, el moderador recordó los primeros pasos en ligas escolares, municipales o minibasket de árbitros que completaron todo el camino hasta llegar a las máximas categorías.

En el papel del entrenador como educador, Nacho García extendió sus argumentos a los jugadores: "No se puede permitir que un jugador proteste, que entre en una guerra con el árbitro, porque eso solo sirve para perjudicar al equipo". ¿Y si sucede? "Tiene que haber consecuencias. Si es un niño, que no juegue al día siguiente o que en lugar de tres cuartos juegue uno, porque si no sucede nada, al partido siguiente protestará medio equipo". Más difíciles de controlar son algunos familiares o el público en general. "Hay gente que el sábado o el domingo paga con el árbitro la frustración de toda la semana", sentenció. Para todo ello es fundamental que el entrenador sirva de ejemplo "con una actitud intachable. No podemos pedir a un jugador que no proteste si yo lo estoy haciendo todo el rato, ni levantar los brazos continuamente o gesticular mucho porque eso puede echar al público encima del árbitro".

Fernando Ruiz Paz intervino con anécdotas y propuestas.

El profesor de la Escuela de Entrenadores recordó que los árbitros no están a salvo de las sanciones y que si sus errores son reiterados pueden descender de categoría. "Para un árbitro llegar a la élite es tan difícil como para un entrenador", afirmó. Y es que un aspecto en común entre los dos gremios es la toma de decisiones: "Yo a veces en el banquillo también me equivoco. Todos los que tomamos decisiones nos equivocamos. Tanto ellos como nosotros tenemos que procurar equivocarnos lo menos posible, y siempre respetar al otro". Ese respeto incluye el diálogo, durante el partido, si es posible, o al final. En ese sentido, Nacho García recordó sus experiencias con un veterano del arbitraje madrileño, Paco Antoranz, conocido por su actitud dialogante: "Cuando un niño hacía algo mal, le explicaba qué había hecho mal. Eso ayuda al jugador, es una herramienta más para su aprendizaje, un impulso más para nuestro trabajo diario". Eso sí, para cualquier diálogo o posible reclamación del entrenador al árbitro, Nacho García insistió en un exhaustivo conocimiento del reglamento.

El debate estuvo acompañado por numerosas experiencias de los asistentes, una veintena de técnicos en formación. Algunas positivas y otras negativas. Y también por las interesantes aportaciones de Jorge Osma, director de la Escuela de Entrenadores de la FBM, y Fernando Ruiz Paz, director técnico de Deportes de la Universidad Politécnica. Ruiz Paz insistió en la empatía hasta el punto de abogar por una formación conjunta entre entrenadores y árbitros: "Que por lo menos al principio de su formación, el entrenador arbitre y el árbitro entrene para que ambos vean lo complicado que es y se cree un vínculo entre ellos". Nacho García apuntó que "formamos parte del mismo espectáculo y no hay que olvidar que los protagonistas deben ser los jugadores o jugadoras, no los árbitros ni los entrenadores. Nosotros estamos ahí por ellos".

El debate tuvo lugar en la sede de la FBM.