... y retrasar la especialización si queremos formar deportistas de alto nivel. Porque un edificio con cimientos pequeños se construye antes, pero el que tiene unos cimientos más grandes llega más alto". Esta fue una de las conclusiones de Guillermo Fernández en la XXVI Charla Magistral organizada por la Escuela de Entrenadores de la FBM en colaboración con el Ayuntamiento de Alcobendas. Una conferencia sobre la iniciación a la preparación física orientada a los entrenadores de base, con herramientas y consejos para desarrollar mejor su trabajo, la formación de los jóvenes jugadores, en ausencia de la figura específica del preparador físico.

Dosier 'El inicio a la preparación física'

La XXVI Charla Magistral, celebrada en el auditorio de la Ciudad Deportiva Valdelafuentes de Alcobendas, se abrió con los objetivos de la preparación física en el baloncesto: facilitar el aprendizaje de la técnica, facilitar el trabajo a los entrenadores, ayudar al jugador a alcanzar su máximo rendimiento (más rápidos, más fuertes...)  y prevenir lesiones en un deporte de contacto y, por tanto, propenso a ellas. Es, por tanto, una herramienta fundamental en los entrenadores de todas las categorías, también en las de base.

Guillermo Fernández comenzó desarrollando la fisiología del baloncesto y sus capacidades físicas básicas: fuerza, velocidad, resistencia, flexibilidad y, según algunos autores, también la coordinación. "Cuántas más tienes, mejor atleta eres", resumió. Pero en cada deporte mandan algunas y el baloncesto (cargado de esfuerzos cortos y explosivos)  es un deporte de fuerza rápida. En cuanto a la resistencia, Guillemo Fernández desaconsejó trabajar en exceso la básica (por ejemplo, la carrera continua) y apostar por una resistencia específica, de alta intensidad, que ya se trabaja habitualmente en los entrenamientos con los ejercicios de 1x1 o 2x2 cargados de acciones rápidas.

La charla se celebró en la Ciudad Deportiva Valdelasfuentes de Alcobendas.

Con la fuerza el objetivo no es aumentar la musculatura sin más, sino que "cada jugador pueda mover la resistencia que su deporte exige a la máxima velocidad posible". Y en el caso del baloncesto, esa resistencia es el propio cuerpo. Se trata, por tanto, de conseguir jugadores rápidos. Para ello hay que  estimular las fibras rápidas del músculo mediante ejercicios específicos realizados a máxima velocidad, siempre que se domine antes la técnica y teniendo muy en cuenta la edad de los jugadores. La mejora de la fuerza trae consigo la mejora de la velocidad, que puede ser de tres tipos (de reacción, clíclica y acíclica), y depende de factores como el porcentaje de fibras rápidas, la fuerza de la musculatura o la coordinación intermuscular. ¿La flexibilidad también es importante? "Sí, pero hasta un límite. El baloncesto no es un deporte como la gimnasia ni danza, en los que sí es determinante".

Profundizando aún más en el baloncesto, Guillermo Fernández se refirió a las habilidades físicas básicas de este deporte; es decir, lo que más se repite: los desplazamientos, los saltos y aterrizajes, los giros y los lanzamientos y recepciones. ¿Cómo trabajarlas? Mediante el desarrollo multilateral, un programa a largo plazo, enfocado al desarrollo general del jugador, en el que se debe retrasar la especialización y la búsqueda de resultados a corto plazo. "Mejorar la base motriz de los jugadores nos va a dar un mayor resultado a la larga. Un edificio con unos cimientos pequeño se construye antes, pero el que tiene unos cimientos más grandes llega más alto", sentenció. Así, aconsejó sacrificar los resultados deportivos de uno o dos años para dotar al jugador de una base firme, de las mayores herramientas posibles. Entre otros aspectos, aconsejó el trabajo sin balón (o con pelotas de tenis) para mejorar la técnica de tiro. El desarrollo multilateral va de lo más simple a lo complejo, y también implica el desarrollo de las habilidades físicas básicas o un mejor conocimiento del propio cuerpo.

Guillermo Fernández apostó por dotar a los jugadores de la mayor base motriz posible.

Tras un breve repaso por las capacidades coordinativas, esencial en los más pequeños, Guillermo Fernández repasó el desarrollo de las capacidades físicas en las categorías más bajas, alevín y benjamín. A estas edades aconsejó comenzar a trabajar la fuerza rápida, mediante saltos, desplazamientos y lanzamientos (siempre con restricciones),  y el control postural mediante ejercicios específicos. También se puede iniciar el trabajo de musculación mediante sentadillas, siempre con poca o nula carga. En cambio, no se debe trabajar de forma específica la resistencia y hay que tener especial cuidado con las autocargas "porque no es lo mismo hacer una sentadilla que un fondo".

Por último, Guillermo Fernández trató la carga de entrenamientos y la prevención de lesiones. En el primer apartado, se refirió al volumen, la intensidad y la densidad, recordó los trabajos de Nacho Coque sobre el tema, e insistió en que "un niño no es un adulto. Su organismo necesita más tiempo y no está preparado para esfuerzos láctivos, de más de 20 segundos a máxima intensidad. Aunque la intensidad sea máxima, el volumen debe ser bajo". En el segundo, puso el acento en la educación postural, el desarrollo armónico (con ejercicios que impliquen grandes grupos musculares) y la técnica de carrera. Precisamente, la carrera protagonizó, junto a los saltos y las sentadillas, la batería de vídeos que cerraron la charla para explicar movimientos correctos e incorrectos, riegos y soluciones.

La charla se cerró con vídeos sobre saltos, sentadillas y técnica de carrera.