Federación de Baloncesto de Madrid

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ENTRENADORES - Otras actividades

"Nadie pisa mi zona sin contacto"



Los secretos del rebote. O, al menos, los que dio tiempo en algo menos de hora y media... En la XXV Sesión Monográfica, organizada por la Escuela de Entrenadores con la colaboración del Baloncesto Arganda y el Ayuntamiento de Arganda del Rey, Guillermo Frutos propuso siete ejercicios en progresión para ofrecer algunas claves de uno de los aspectos fundamentales (y quizá menos tratados) del baloncesto.


"¡Cierra el rebote!" es una de las órdenes habituales desde los banquillos cuando un balón vuela hacia el aro. "Sí, pero... ¿cómo?" es lo que pasa por la cabeza de muchos jugadores.

Guillermo Frutos dio algunas respuestas en el pabellón Virgen del Carmen con la ayuda de jugadores del Baloncesto Arganda. Comenzó con un 1x1 para sentar las bases y con una propuesta que se repitió durante toda la charla: junto al cierre de espaldas (el más habitual) y el de cara (adecuado en algunas situaciones), está el cierre semilateral, que permite una reacción inmediata.

El técnico aconsejó entrenar muchos de los ejercicios con un sistema de puntos, una especie de competición para incentivar aún más a los jugadores. La comunicación, la importancia del tren inferior o las situaciones de juego real (en un baloncesto rápido, de ataques cortos) fueron otros denominadores comunes, pero, sobre todo, reinó una máxima: "Nadie pisa mi zona sin contacto". La charla estuvo salpicada de consejos a los alrededor de 200 entrenadores que acudieron al pabellón. Por ejemplo, "tenemos que convencer a los jugadores de las cosas en que creemos".



El número de jugadores en pista aumentó poco a poco trabajando la lucha por la posición. "Es muy importante que los jugadores se acostumbren, tienen que asumir el contacto", señaló Guillermo Frutos, que destacó el gesto de adelantar un pie para ganar el poste, en el 1x1, y cerrar el rebote. Junto al trabajo técnico están las decisiones tácticas, como cerrar de cara a un jugador que está lejos del aro; la velocidad de reacción, que se puede entrenar en situaciones (casi) reales, y, sobre todo, "la pasión de ir a por el balón".

Los últimos minutos se centraron en ejercicios de 4x4 con una clara transferencia al juego real. Primero con un tirador y tres defensores cerrando a los cuatro atacantes, y después con un 4x4 reglado que tenía como objetivo crear desequilibrios. En definitiva, técnica individual, toma de decisiones y ejercicios de transferencia para una sesión de alto contenido práctico.
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