La pausa, ese segundo entre la percepción de lo que sucede y la decisión a tomar, o entre esa decisión y la ejecución, centró el XVIII Memorándum de Fundamentos Individuales organizado por la Escuela de Entrenadores de la FBM en colaboración con el CB Alcobendas. Gabriel Álvaro planteó una serie de ejercicios, del 1x0 al 3x3, destinados a trabajar la toma de decisiones... rápida y con sentido, con criterio. Uno de cuyos mejores exponentes, como dijo el técnico, es Luka Doncic, que "tiene una capacidad de leer el juego por encima de sus rivales"
Los ejercicios, que contaron con la ayuda de jugadores de la cantera del CB Alcobendas, se dividieron en tres partes. Primero 1x0, con la ayuda de conos; después una defensa pedagógica, flexible, y por último, frente a defensas en situaciones reales de juego.
Con el objetivo de aprender a interpretar las pausas como herramienta para tomar buenas decisiones, en los primeros ejercicios Gabriel Álvaro trató conceptos tácticos como el timing y técnicos como el centro de gravedad.
"Hay que identificar la defensa y tomar la decisión... Si has reconocido el gesto, hay que atacar", señaló. Los 1x0 se complicaron poco a poco, con más obstáculos para dificultar la capacidad de decisión, y al mismo tiempo hacer esa pausa cada vez más corta, más rápida... porque
"cuanto más se complica el juego, el tiempo de decisión es menor".
La charla continuó con detalles técnicos, como el bote de fijación o la dirección del pie y la rodilla (siempre apuntanado al aro), antes de pasar a la pausa después del rebote defensivo. Aquí Gabriel Álvaro apostó por
"dejar al jugador que sea valiente en su toma de decisiones, que tenga la capacidad de leer el juego y dar un pase de contraataque. Nunca se debe coartar al jugador".
Ya con la defensa pedagógica frente a los atacantes, Gabriel Álvaro insistió en los detalles técnicos (
"recibir con los pies orientados") y aconsejó que
"todo el trabajo debe tener una transferencia real al juego. No es lo mismo tener una perfecta ejecución técnica que la transferencia al juego, que saber aplicarlo". El tiempo, factor determinante en un partido, entró en juego con el objetivo de anotar en ocho segundos, siempre bajo ese objetivo final de
"reducir lo más posible el tiempo de respuesta". Y sin descuidar en ningún caso la iniciativa individual.
"Jugad contra el defensor. No seáis robots", aconsejó.
Los ejercicios se volvieron cada vez más complejos y reales con el 3x3 y situaciones de bloqueo directo. Gabriel Álvaro rompió tópicos al señalar que
"empezar a jugar un bloqueo directo no lo marca la edad del jugador sino su madurez. El problema es que muchas veces es un recurso mal empleado, igual que sucede con las defensas zonales". Tras cerca de hora y media de charla, llegaron las conclusiones:
"La pausa debe tener un sentido. Se puede renunciar a atacar más rápido si hay más posibilidades de tener éxito. Que el jugador se vea en la obligación de tomar una decisión..."