En 1891, James Naismith inventó el baloncesto, poco después Senda Berenson empezó a practicarlo con mujeres y... en 1950 Jay Archer creó el minibasket. Un baloncesto para niños, "exclusivamente para ellos, con diferentes reglas y dimensiones del campo, del balón y de la canasta". Barrera, responsable del Museo de la FEB, trazó un recorrido histórico con nombres como Anselmo López, "que trajo el minibasket a España", e hitos como el primer Campeonato del Mundo, la Operación 100.000 o la Jamboree de 1972...

De la historia se pasó a los derechos de los jugadores, los niños. Entre ellos, jugar como un niño, tener un entrenador cualificado, la igualdad de oportunidades y divertirse practicando deporte, Porque "el deporte es un juego y la base de todo juego es la diversión".



Pero en una charla dirigida a entrenadores el foco apuntó directamente apuntó a ellos. "El conomiento sirve para entrenar, pero la sabiduría, la experiencia, sirve para ser entrenador. Es muy importante el contacto generacional con otros entrenadores más mayores", aconsejó Raúl Barrera, que tocó otros aspectos, como el arbitraje ("los partidos de benjamín son los más complicados de pitar, son una auténtica locura...") o el valor del resultado: "La victoria no es igual que el éxito. Ganar es razonable, pero no exclusivo. Ganar es ser mejor cada día. Estimulad el éxito diario".

Barrera propuso un Observatorio del Minibasket con varias preguntas en el aire: ¿Qué queremos con el minibasket?, ¿qué es lo importante? ¿cómo lo enseñamos? La charla se enriqueció con las experiencias personales de los alumnos y del mismo ponente, que insistió en la importancia del entrenador en las categorías de formacion: "Los niños no recordarán los entrenamientos ni los resultados, pero sí os recordarán a vosotros. El baloncesto está en vuestras manos".