El V Clinic de Pascua, organizado por la Escuela de Entrenadores de la FBM con la colaboración del CB Alcobendas y el Ayuntamiento de la localidad, trazó en dos días las líneas maestras de la enseñanza del baloncesto. Javier Portela habló de defensa, Daniel Gómez de trabajo con jugadores altos en una charla enfocada al ataque, y Josep Bordas de formación con todo el significado de la palabra. En su doble conferencia del miércoles y el jueves, Bordas, maestro de entrenadores, trató conceptos como el aspecto lúdico del baloncesto o la importancia del detalle y abogó por "dejar crecer al jugador, que es el que decide".
La primera charla de Bordas tenía por título 'Proceso formativo del jugador'. Porque según dijo el veterano técnico, con más de 40 años de experiencia, el entrenador es un formador, un educador. "El sentido académico debe prevalecer sobre el deportivo. Nuestro papel es ayudar en la formación académica, ayudar al jugador a crecer. No solo se tratar de aprender a botar el balón o a pasar sino de su sentido como persona". Que los jugadores aprendan a la vez que se divierten porque, ante todo, está el lado lúdico del deporte: "El baloncesto es un juego, hay que tomarlo como tal y trasladar ese aspecto a los jugadores". Para ello, la formación en edades tempranas debe centrarse en la técnica y la táctica individual y dejar la pizarra para más adelante. "No perdáis el tiempo en preparar partidos y tácticas", aconsejó.
Dentro de esa filosofía, Bordas rechazó la búsqueda de la victoria a cualquier precio: "Hay que cambiar el concepto de entrenar solo para ganar. Se entrena para hacer crecer al jugador y el juego". E insistió: "Ahora hay demasiado profesionalismo alrededor del deporte de base, pero el baloncesto es una herramienta para la formación académica, el primer hobby después de los estudios".
Josep Bordas pidió intensidad en las sesiones de trabajo.
Fiel a esa labor pedagógica, Bordas apostó por hacer pensar al jugador: "El entrenador guía, propone conceptos y el jugador debe de interpretarlos, exteriorizarlos y ponderlos en práctica. No se trata de obedecer órdenes, eso no sirve para nada, sino de entenderlas o interpretarlas". En su primera charla contó con la ayuda de jugadores junior del Club Baloncesto Alcobendas y, en los ejercicios demostró la importancia del detalle, con normas sobre las posiciones del cuerpo ("siempre flexionados, equilibrados y con la cabeza levantada") de los pies o las manos ("hay que atacar el balón en la recepción, no esperarlo"). Se trata de adquirir hábitos correctos y también de invitar al jugador a pensar, a descubir y corregir sus errores, y a tomar sus propias decisiones. Durante hora y media, el trabajo aumentó progresivamente en complicaciones y ritmo, con conceptos como la importancia de pivotar correctamente, la comunicación no verbal, el timing o la polivalencia, algo en lo que también insistieron los demás ponentes del clinic en sus charlas. "Todos los jugadores deben aprender a jugar de espaldas al aro", dijo Bordas.
La charla del miércoles tuvo continuación el jueves, esta vez con la ayuda de jugadores del Cadete A del Alcobendas. Lo primero volvió a ser lo básico, la posición correcta del cuerpo y el sentido pedagógico del entrenamiento: "Hay que enseñar a los chicos a entrenar, generar hábitos". Para conseguirlo, nada mejor que las correcciones en situaciones como arrancadas o ejercicios de 1x1, pero siempre concediendo cierta libertad al jugador, "espacio para que crezca y se desarrolle". Bordas también apostó por la creatividad del entrenador. No todo está inventado. "Un buen entrenador debe innovar, romper reglas y desarrollar situaciones creativas y constructivas, siempre en base a la metodología de la corrección". Aunque con matices: "No se debe corregir todo, continuamente, porque entonces el jugador no entenderá nada".
Corrección de errores. El jugador no debe mirar solo al frente sino visualizar todo el campo.
La segunda charla de Bordas giraba en torno a la interrelación entre el trabajo en los entrenamientos y las situaciones reales de partido. En definitiva, "ser consecuente entre lo que entrenamos y lo que jugamos". Así, insistió en el papel del entrenador como formador, con buenos hábitos educacionales, deportivos y no deportivos, empezando el respeto: "Hay que respetar a los jugadores para que ellos me respeten a mí". Y, en el trabajo diario, buscar la rapidez mental de los jugadores, que sean capaces de leer el juego, enseñar a los jugadores a ser listos en la pista y a focalizar todo, visualizar todo el espacio". Otro aspecto clave es la intensidad. "Mejor entrenar una hora con alma que hora y media o dos sin ella", sentenció. Sobre la cancha del pabellón Pedro Ferrándiz, ejercicios polivalentes, como un 3x3 con defensa individual que pasaba a zona y de ahí a un 4x4 a toda pista. Formas de trabajar distintos fundamentos técnicos y tácticos en un solo ejercicio. Igual que en la víspera abogaba porque todos los jugadores pasaran por el poste, rotó el de base para adquirir visión de juego. Después, el "jugador encontrará su posición natural y a partir de ahí, nosotros, los entrenadores, tenemos que hacerle crecer. Dejar crecer al jugador, que es el que decide".
Javier Portela en la charla que abrió el V Clinic de Pascua.
El Clinic de Pascua se completó con dos charlas sobre aspectos más concretos del juego. En la primera, Javier Portela, técnico del CB Leganés, habló sobre 'Buenos ejercicios para mejorar malas defensas'. Tras destacar la importancia de la defensa tanto en los partidos como los entrenamientos ("nuestro ataque mejora con una defensa exigente ante la que enfrentarse") y con la ayuda del Infantil A del CB Alcobendas, ofreció un muestrario de ejercicios adecuados para todas las categorías, desde escuelas hasta senior. En el primero, de 1x1 sin balón, ya mostró una de las líneas maestras: "¿Qué hago? ¿Solo me defiendo o ataco?". Portela invitó a los defensores a tomar la iniciativa, a llevar a los atacantes hasta donde quieran, con aliados con la línea de fondo, "que puede convertirse en un defensor más".
Ya con balón, puso ejemplos conocidos por todos, como José Manuel Calderón, Xavi Rabaseda o Rodrigo de la Fuente e, igual que Bordas, incidió en las correcciones como herramienta formativa. No solo cómo colocarse sino también hacia dónde mirar. En el proceso de formación hay pasos imprescindibles, como acostumbrar al jugador al contacto, a provocar el fallo del rival o a bloquear al rebote. Una formación que va más allá de la pista y ayuda en aspectos ajenos al juego, como superar pronto las posibles frustraciones: "Si fallas el tiro, tienes otra oportunidad: coger el rebote. El deporte te enseña a convivir con el fallo". Todo ello, apoyado en ejercicios cada vez con un nivel mayor de dificultad y que obligaban al jugador a mantenerse en tensión en todo momento.
Tras el trabajo puramente defensivo se pasó al de las líneas de pase, también con referentes conocidos, como Ricky Rubio, y consignas: "Se defiende a todo el equipo contrario, no solo al mío". Por último, resaltó la importancia de la comunicación sobre la pista y el papel del entrenador como "formador y educador. En ese sentido, no hay que confundir la agresividad y la intensidad defendiendo con la violencia. Enfrente tenemos a un adversario, no a un enemigo".
Si la charla de Javier Portela se basó en la defensa, la de Daniel Gómez (la primera del jueves) enfocó el ataque desde la perspectiva del jugador alto. Gómez, miembro del cuerpo técnico del Baloncesto Torrelodones, contó con la ayuda de chavales de la cantera del CB Alcobendas y de Aleksandr Diordiyaschenko, uno de sus jugadores en el conjunto torresano de Primera Nacional. Para empezar, ejercicios sencillos, pero efectivos, de 1x0 bajo el aro en los que Gómez, igual que sus compañeros de clinic, prestó especial atención a los detalles. También huyó de los estereotipos y del encasillamiento temprano de los jugadores. "Es importante que los jugadores grandes aprendan conceptos de los pequeños, como el bote o los cambios de ritmo, igual que todos, grandes o no, deben aprender a jugar de espaldas al aro".
Con finalizaciones bajo el aro, con distintas variantes, los jugadores no solo practicaron el tiro en semigancho, también la coordinación, el equilibrio, la posición correcta de las piernas o cómo mantener protegido el balón a la altura de los hombros. Pero el pívot no solo ayuda bajo el aro, también lanza el ataque tras el rebote. Por eso resaltó la importancia de dominar el pase largo de béisbol.
Del 1x0 se pasó al trabajo con defensa, guiada, y la forma adecuada de ganar la posición cerca del aro o en la lucha por el rebote. Igual que hizo Portela el día anterior, resaltó como factor clave la necesidad de que el jugador pierda el miedo al contacto, antes de enumerar varias normas de juego en el poste bajo. Pero siempre hay que ir paso a paso, "empezar con los fundamentos básicos y cuando los dominen trabajar nuevas situaciones, porque si no hya una base todo lo demás no vale para nada". Sin olvidar que "el jugador alto no debe aprender solo a tirar semiganchos. Que aprenda todo".