Chus Mateo habló de ataque, de un ataque tan alegre como efectivo, y resumió su filosofía en dos conceptos sencillos: tiempo y espacio. O, mejor dicho, jugar todo el tiempo y ocupar todo el espacio. En su opinión, jugar todo el tiempo significa buscar el mejor tiro posible en los 24 segundos de posesión, llevar el balón a campo de ataque cuanto antes, no confundir correr con tener prisa, jugar en transición y mover el balón, no retenerlo ni parar el juego...
", apuntó. En otros cinco puntos resumió la ocupación del espacio: alargar las ayudas para obligar a la defensa a trabajar en distancias largas, limitar el uso del bote, llenar las esquinas ampliando la cancha, alcanzar la pintura, y, de nuevo, hacer circular del balón, esta vez con el pase extra como herramienta para buscar ventajas.
Guillermo Frutos puso el foco en la defensa y, más en concreto, en el contacto.
"Que el contacto forme parte de nuestros entrenamientos, de la construcción de nuestra defensa", señaló, antes de repetir una de sus máximas:
"Nadie pisa nuestra zona sin contacto". El técnico ilustró su charla con ejemplos de juego real en los que desglosó los detalles del
bodycheck. Pero también habló del trabajo colectivo abogando por la flexibilidad, sobre todo en categorías de formación:
"Aunque debemos aspirar a que nuestro equipo sea un reloj suizo en la rotación defensiva, no debemos atenazar a los jugadores, que no pierdan su espontaneidad..." . Por último, Frutos destacó la importancia de la comunicación, otro pilar defensivo, y dedicó unos minutos a las defensas alternativas a partir de infantil:
"La defensa no es solo perseguir gente por el campo. Hay que defender situaciones y espacios".
La última charla corrió a cargo de José Luis Pichel y se centró en el paso de júnior a primer equipo. Lo primero es la planificación, marcar el camino para que el jugador esté lo mejor preparado posible, pero sabiendo que ese el escenario no es lineal, hay cambios que se deben tener en cuenta. En cualquier caso, el gran objetivo del entrenador es preparar al jugador para el salto al primer equipo, y
"el jugador que crece hace mejor a todos los demás". Sin embargo, el jugador también debe asumir su responsabilidad. Ese escenario de cambio afecta a la técnica y táctica individual (es necesaria una riqueza de hábitos tácticos), al juego colectivo, la planificación física (con un esfuerzo extra) y hasta a la gestión de la personalidad, siempre teniendo en cuenta que
"el adolescente es imprudente por naturaleza".Todo ese proceso se resume en dos objetivos básicos al entrar en dinámica de primer equipo: no entorpecer y gustar.
La primera edición de 'Baloncesto en casa' terminó con las preguntas de los inscritos a los tres ponentes, que aclararon todas sus dudas, y con el agradecimiento de Francisco Olmedilla, secretario general de la FBM, que anunció:
"En breve montamos otro".