Lo dicen Raúl Zamorano y Javier Villanueva. Los dos árbitros madrileños que acudieron al Campeonato de España de Minibasket. En su primera competición nacional, Raúl pitó la final masculina y Javier, el duelo por el tercer y cuarto puesto, demostrando así el nivel del arbitraje madrileño. Ambos coinciden: la cita de San Fernando es diferente. Lo mismo opinan los dos seleccionadores, Miguel Ángel López-Palacios y Javier Zamora, que destacan el esfuerzo de sus jugadores.
En un campeonato muy caro, la selección mini masculina tuvo que conformarse con la quinta plaza. Pero en la final entre Andalucía y Cataluña hubo un representante madrileño, el árbitro Raúl Zamorano. La lucha por el oro fue su séptimo partido en San Fernando y supone "una alegría increíble porque es la primera vez que vengo a una competición a nivel nacional y me toque la final está muy bien".
Raúl Zamorano, durante la final masculina en el pabellón Bahía Sur de San Fernando.
Pocas horas antes su compañero Javier Villanueva, también debutante, dirigió el choque por el tercer y cuarto puesto, entre la Comunidad Valenciana y Canarias. Javier también se marchó satisfecho de San Fernando: "Con tantos árbitros como somos en Madrid, que nos den la oportunidad de venir a este campeonato nos hace sentir muy afortunados". Raúl apunta: "Es un premio, porque cualquiera querría pitar hasta el partido más flojo del torneo".
Ambos coinciden en que el Campeonato de España de Minibasket es especial. "Por el ambiente, por los chicos, por todo... Es evidente que hay cosas en juego, pero es distinto. Se ve que los niños son inocentes y solo van a jugar. A veces no te hacen ni caso, pero en realidad ayudan muchísimo", dice Raúl. Su compañero coincide: "Los chicos no te dicen nada. Ninguno protesta. Como mucho, alguno se gira y pone cara rara. Pero ojalá fueran así todos los jugadores...". Ese respeto a la labor arbitral juega a favor. Pero no todo es fácil. En contra hay un gran desgaste físico. Como señala Raúl, "no paran. Los ataques duran seis o siete segundos. Aquí te toca hacer las pruebas físicas del curso continuamente". Al árbitro de la final le ha sorprendido la calidad de los jugadores: "Son muy técnicos. Algunos chicos son muy, muy buenos..."
Javier recuerda también "el desgaste mental, porque en algunos partidos hay muchas diferencias de nivel técnico. Es un campeonato muy difícil de pitar". Quizá el principal problema está en el control de los banquillos. "Hay tres entrenadores, los delegados... A veces hay mucha gente de pie y controlar eso es el único aspecto problemático del Campeonato".
Aunque ya es un experto en estas lides, el seleccionador femenino, Miguel Ángel López-Palacios, se sorprende cada año. Sus chicas terminaron cuartas y, al margen de sus cualidades técnico-tácticas, López-Palacios destaca las cualidades humanas del grupo: "Es una generación que en el futuro puede dar alguna alegría porque tiene mucha ganas de trabajar, mucho corazón... Y lo han demostrado. Por ejemplo, en el partido por el bronce estuvimos 24 puntos abajo, pelearon, sufrieron y consiguieron ponerse a dos".
Para el seleccionador, el balance final del campeonato es que "hemos sufrido mucho para conseguir un cuarto puesto. Los nivel cada vez son más parejos. Todas las selecciones quieren competir y es muy difícil ganar. Además, este año el nivel técnico-táctico de Cataluña ha sido espectacular, con una calidad baloncestística muy alta. Nosotros hemos disfrutado, hemos aprendido mucho, y ha sido una grandísima experiencia que les servirá a las jugadoras para crecer".
La selección mini femenina, tras el último partido, contra la Comunidad Valenciana.
Ese trabajo diario con las chicas ha sido "lo mejor del campeonato. Este último mes de entrenamientos, de estar aquí... El día a día de verlas luchar, querer mejorar y aprender; creer en nosotros a pesar de las dificultades y de alguna derrota, y querer levantarse siempre... En ese sentido, yo también he aprendido mucho de ellas". Miguel Ángel López-Palacios extiende esa capacidad de sufrimiento a toda la selección pero lo concentra en una jugadora-símbolo: "Claudia Montesinos ha peleado y peleado hasta la extenuación por conseguir cosas. Sin desmerecer a las demás, ella representa la característica esencial de este equipo: luchar hasta el último momento".
El derroche dentro de la pista es también lo más elogiado por el seleccionador masculino, Javier Zamora: "El grupo lo ha dado todo desde el primer día de preparación hasta el último del campeonato, superando el hándicap físico con arrojo e intensidad. Por eso estamos muy orgullosos de ellos". Zamora también recuerda escenas de la convivencia en San Fernando: "Fuera de la cancha nos han dado momentos inolvidables por la inocencia y deportividad que se respira a estas edades, por ejemplo viendo corear el nombre de una selección que entra en el comedor por los jugadores que horas antes la han eliminado".
La selección madrileña se quedó fuera de la lucha de las medallas tras un grupo muy duro, con Cataluña y la Comunidad Valenciana. El seleccionador se queda con la experiencia de los chicos y apunta al futuro: "El balance del campeonato es positivo porque los niños conviven y disfrutan con otros de su edad y se vacían en la cancha en su primera experiencia competitiva, aunque es cierto que por historia y por todo el trabajo que se hace desde los clubs y entrenadores madrileños, y desde la propia Federación, los técnicos debemos dar las herramientas a los niños para poder luchar siempre por una medalla. Ahora toca seguir trabajando".