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El 9 de enero comienza la décima edición de los Campeonatos Escolares, un programa promovido por la Comunidad de Madrid y destinado a los alumnos de los institutos públicos. Los Campeonatos tienen un objetivo central: el fomento y promoción del depor...

CampeonatosEscolares1El 9 de enero comienza la décima edición de los Campeonatos Escolares, un programa promovido por la Comunidad de Madrid y destinado a los alumnos de los institutos públicos. Los Campeonatos tienen un objetivo central: el fomento y promoción del deporte en los institutos. Y numerosos secundarios, desde la mejora de los fundamentos técnicos hasta la integración social. Aquí no hace falta ser un crack de la canasta, solo tener ganas de jugar, porque todos participan.



 

 

La Comunidad de Madrid puso en marcha los Campeonatos Escolares en 2004 y reclamó el apoyo de las federaciones territoriales de distintos deportes, tanto colectivos como individuales. Entre ellas, de la FBM. Desde el principio, el baloncesto fue uno de los deportes estrella. La actividad se desarrolla en institutos públicos de enseñanza secundaria y se extiende a alumnos de entre 12 años (1º de la ESO) y 18. Dos años de infantil, dos de cadete y tres de categoría juvenil, en este último caso uno más de lo habitual para dar cabida a posibles alumnos que repitan curso. Da igual ser buen jugador o menos bueno, el único requisito para participar es ser alumno del instituto.

Gabriel Álvaro, coordinador general del baloncesto en los Campeonatos Escolares, explica que "uno de los propósitos iniciales era tener actividad física en los institutos públicos por las tardes. El programa parte con esa idea". De hecho, tanto los partidos como los entrenamientos se desarrollan entre semana, los martes y jueves de 16:00 a 18:00 h. Como muy tarde, hasta las 18:30 h. Una franja horaria muy cómoda para los alumnos, que así disponen de más tiempo para sus tareas escolares y, en muchos casos, no tienen ni que salir de sus centros. Ese horario también aleja a los Campeonatos Escolares de otras competiciones, como las federadas o los Juegos Municipales. Y es que la filosofía es muy diferente.

CampeonatosEscolares2Desde 2004, el número de institutos que se unieron al proyecto no paró de crecer y en 2010 se llegó a 460 equipos repartidos por toda la Comunidad. Sin embargo, los Campeonatos Escolares no se han librado de los efectos de la crisis y en los últimos años se ha producido un progresivo descenso. En 2014 competirán 238 equipos de más de un centenar de centros. Una de las consecuencias de la crisis ha sido el aumento del coste para la familias. De cero euros en las primeras ocho ediciones a 14 euros anuales desde 2013. "No es mucho, pero ya es un obstáculo", dice Gabriel Álvaro. Sin embargo, para el coordinador, lo que más se ha acusado ha sido el cambio de gestión interna en algunos centros: "Al principio, el coordinador del programa en cada instituto, el responsable de llevarlo todo, pertenecía al departamento de Educación Física y estaba vinculado al mundo del deporte. Pero al tener cada vez menos ayudas esas personas han ido desapareciendo y han dado paso a otro tipo de docentes. Su relación con el deporte es diferente, no lo promocionan igual que lo puede hacer un profesor de Educación Física y quizá por eso el programa ha perdido algo del protagonismo que tenía en años anteriores".

En cualquier caso, la Comunidad de Madrid sigue representada en toda su extensión. En la primera fase, los equipos de las distintas categorías se agrupan según su ubicación geográfica. Hay cuatro zonas: Madrid capital, Sur, Este y Noroeste. Siempre con cierta flexibilidad. Como apunta Gabriel Álvaro, "en función de los equipos que participen en cada categoría, puede ser que algún equipo de un distrito del norte de Madrid, como Fuencarral, juegue contra los municipios de esa zona como Tres Cantos, Colmenar Viejo o Alcobendas". Debido a esa cercanía, los desplazamientos suelesn efectuarse en transporte público, aunque cuando la distancia es mayor, como entre determinados municipios o en las fases finales, a partir de 1/16 de final, la Comunidad de Madrid pone una empresa de transporte para trasladar a los equipos.

Esa flexibilidad se extiende a los institutos y a los jugadores. En principio, no hay límite de equipos por arriba, aunque sí por abajo. Cada centro debe tener al menos dos, pero hay excepciones. "Hay municipios pequeños donde es más difícil. Si en ese caso hay un solo equipo con diez o doce niños, se procura sacar adelante". También cuando la situación es más extrema y los chavales de un centro no llegan para formar un equipo completo existe la posibilidad de competir en otro instituto público cercano al suyo. Además, la vocación igualitaria se refleja en el porcentaje de equipos masculinos y femeninos. Hay más chicos, pero no grandes diferencias (aproximadamente, 54-46 por ciento).

Todo ello pone de manifiesto el objetivo principal de los Campeonatos Escolares, que, como dice Gabriel Álvaro, "es la promoción del deporte entre aquellos niños que, por el motivo que sea, no alcanzan el nivel para otras competiciones de baloncesto. Aquí tienen cabida todos. No hay ningún tipo de selección y juega todo el que quiere practicar deporte en su instituto". Por horarios, los Campeonatos Escolares son compatibles con otras competiciones y, de hecho, hasta hace cuatro años los jugadores federados podían 'doblar'. En esas primeras ediciones dominaron, entre otros, el Ramiro de Maeztu (con jugadores del Estudiantes) o el Santamarca (con alumnos que jugaban en el Real Canoe). El límite actual de dos jugadores federados en pista por equipo es más fiel al espíritu del programa y ha servido para abrir el abanico y dar más oportunidades a todos.

CampeonatosEscolares3Las finales se celebran en pabellones cubiertos; en este caso en el Magariños.

Como coordinador general y con la colaboración de los responsables de cada zona, Gabriel Álvaro gestiona todo lo relacionado con la competición, desde la elaboración del calendario hasta la designación de los monitores. La Federación de Baloncesto de Madrid también pone los árbitros. Los partidos suelen tener como escenario las propias instalaciones de los institutos, aunque "en algunos municipios, los ayuntamientos ponen a disposición el polideportivo municipal".

El papel de los institutos es básico, ya que gestionan el proceso desde dentro. Como explica Gabriel Álvaro, "son los que ponen todo en marcha y realizan la labor de captación y promoción. El monitor tiene dos horas a la semana para hacerlo, pero es el profesor el que mejor conoce al alumno y sus motivaciones. Por eso estamos en manos de los coordinadores de instituto y de su nivel de implicación, que se nota cuando, a igual número de alumnos, un centro tiene cuatro equipos con 70 niños y otro solo un equipo con 12". Gabriel Álvaro recuerda centros históricos en cantidad y calidad, como El Espinillo, de Villaverde, "que llegó a tener ocho equipos inscritos, con dos o tres de la misma categoría", el Rosa Chacel o el Alameda de Osuna, además de clásicos como el Ramiro.

Pero el coordinador del programa no resta mérito a los monitores y su apuesta por un proyecto más enfocado a la diversión y la formación que a la competición pura y dura. "Por suerte, la gente ha entendido la idiosincrasia y la filosofía de este programa y diferencia la competición federada y los Campeonatos Escolares". En muchos casos toca cambiar el chip "porque muchos monitores también participan de los competición federada como jugadores, árbitros, anotadores o incluso como entrenadores. Pero entienden que aquí el fin no es ganar -insiste Gabriel Álvaro-, es que jueguen todos. De hecho, la norma así lo dice, Todos jugan, todos tienen cabida... El componente es lúdico a través de la realización de la actividad física y el deporte".

Y hay más. Los Campeonatos Escolares también juegan un importante papel en la integración social de distintos colectivos y orígenes. "Hablamos de niños que pertenecen a más de 90 nacionalidades distintas. La integración es otro de los motivos del programa", confirma el coordinador.

CampeonatosEscolares4El 9 de enero empiezan los partidos. Esperan los trofeos.

El proceso comienza con la apertura del curso escolar. "En algunos centros incluso se incluye dentro del sobre de la matrícula la opción de Campeonatos Escolares. Normalmente, la recogida de información se produce entre octubre y noviembre. En diciembre se cierra la competición y se elabora el calendario para empezar los partidos en enero". Entre las motivaciones del programa no está la competición, pero en los niños es innata, surge por sí sola, y por eso los Campeonatos Escolares también son una cantera, una cuna de talentos. "Algunos jugadores han pasado del instituto a un club deportivo e incluso han llegado hasta las selecciones autonómicas madrileñas", dice Gabriel Álvaro, que recuerda a Santiago Erimo (cantera del Real Madrid, La Paz, San Jorge y ahora en el Mongomo Basket de la Primera División de Guinea Ecuatorial) o Isabel Bueriberi (Real Canoe, Rivas Ecópolis y Distrito Olímpico Plenilunio de LF2). Incluso la internacional Marina Lizarazu (ahora en Texas Tech) pasó por el baloncesto escolar.

Pero cuando más se cumple el objetivo es cuando los que siguen son grupos enteros. El coordinador pone el ejemplo de "una generación de chicas de El Escorial que llegó a tres finales consecutivas y ahora, en edad junior, compite en Villalba. Hay casos de equipos que se forman en edad escolar y cuando esa etapa termina se marchan a un club cercano para seguir jugando juntos". Porque al final se trata de eso, de inculcar en los chavales el hábito de hacer deporte.

La Comunidad de Madrid puso en marcha los Campeonato Escolares en 2004 y reclamó el apoyo de las federaciones territoriales de distintos deportes, tanto colectivos como individuales. Entre ellas, de la FBM. Desde el principio, el baloncesto fue uno de los deportes estrella. La actividad se desarrolla en institutos públicos de enseñanza secundaria y se extiende a alumnos de entre 12 años (1º de la ESO) y 18. Dos años de infantil, dos de cadete y tres de categoría juvenil, en este último caso uno más de lo habitual para dar cabida a posibles alumnos que repitan curso. Da igual ser buen jugador o menos bueno, el único requisito para participar es ser alumno del instituto.

Como dice Gabriel Álvaro, coordinador general del baloncesto en los Campeonatos Escolares, "uno de los propósitos iniciales era tener actividad física en los institutos públicos por las tardes. El programa parte con esa idea". De hecho, tanto los partidos como los entrenamientos se desarrollan entre semana, los martes y jueves de 16:00 a 18:00 h. Como muy tarde hasta las 18:30 h. Una franja horaria muy cómoda para los alumnos que así disponen de más tiempo para sus tareas escolares y, en muchos casos, no tienen ni que salir de sus centros. Ese horario también aleja a los Campeonatos Escolares de otras competiciones, como las federadas o los Juegos Municipales. Y es que filosofía es muy diferente.

Desde 2004, el número de institutos que unieron al proyecto no paró de crecer y en 2010 se llegó a 460 equipos repartidos por toda la Comunidad. Sin embargo, los Campeonatos Escolares no se han librado de los efectos de la crisis y en los últimos años se ha producido un progresivo descenso. En 2014 competirán 238 equipos de más de un centenar de centros. Una de las consecuencias de la crisis ha sido el aumento del coste para las familias. De cero euros en las primeras ocho ediciones a 14 euros anuales desde 2013. "No es mucho, pero ya es un impedimento", dice Gabriel Álvaro. Sin embargo, para el coordinador, lo que más se ha acusado ha sido el cambio de gestión interna en algunos centros: "Al principio, el coordinador del programa en cada instituto, el responsable de llevarlo todo, pertenecía al departamento de Educación Física y estaba vinculado al mundo del deporte. Pero al tener cada menos ayudas estas personas han ido desapareciendo y han dado paso a otro tipo de docentes, de otras asignaturas. Su relación con el deporte es diferente, no lo promocionan igual que lo puede hacer un profesor de Educación Física, y por eso el programa ha perdido algo del protagonismo que tenía en años anteriores".

En cualquier caso, la Comunidad de Madrid sigue representada en toda su extensión. En la primera fase, los equipos de las distintas categorías se agrupan según su ubicación geográfica. Hay cuatro zonas: Madrid capital, Sur, Este y Noroeste. Siempre con cierta flexibilidad. Como apunta Gabriel Álvaro, "en función de los equipos que participen en cada categoría, puede ser que alguno de un distrito del norte de Madrid, como Fuencarral, juegue contra los de municipios de la zona como Tres Cantos, Colmenar Viejo o Alcobendas". Debido a esa cercanía, los desplazamientos suelen efectuarse en transporte público, aunque cuando la distancia es mayor, como entre determinados municipios o en las fases finales, a partir de 1/16 de final, la Comunidad de Madrid pone una empresa de transporte para trasladar a los equipos.

Esa flexibilidad se extiende a los institutos y a los jugadores. En principio, no hay límite de equipos por arriba, aunque sí por abajo. Cada centro debe tener al menos dos, pero hay excepciones: "Hay municipios pequeños, donde es más difícil. Si ahí tienen un solo equipo con diez o doce niños, se procura sacar adelante". También cuando la situación es más extrema y los chavales de un centro no llegan para formar un equipo completo, existe la posibilidad de competir en otro instituto público cercano al suyo. Además, la vocación igualitaria del programa se refleja en el porcentaje de equipos masculinos y femeninos. Hay más chicos, pero no grandes diferencias (aproximadamente 54-46 por ciento).

Todo ello pone de manifiesto el objetivo principal de los Campeonatos Escolares, que, como dice Gabriel Álvaro, "es la promoción del deporte entre aquellos niños que, por el motivo que sea, no alcanzan el nivel para otras competiciones del baloncesto. Aquí tienen cabida todos. No hay ningún tipo de selección y juega todo el que quiere practicar deporte en su instituto". Por horarios, los Campeonatos Escolares son compatibles con otras competiciones y, de hecho, hasta hace cuatro años permitían 'doblar' a jugadores federados. En esas primeras ediciones dominaron, entre otros, el Ramiro de Maeztu (con jugadores del Estudiantes) y el Santamarca (con alumnos que jugaban en el Real Canoe). El límite actual de dos jugadores federados por equipo en pista es más fiel al espíritu del programa y ha servido para abrir el abanico y dar más oportunidades a todos.

Como coordinador general, Gabriel Álvaro gestiona, con la colaboración de los responsables de cada zona, todo lo relacionado con la competición, desde la elaboración del calendario hasta la contratación de los monitores. La Federación de Baloncesto de Madrid también pone los árbitros. Los partidos suelen tener como escenario las propios instalaciones de los institutos, aunque "a veces, en algunos municipios, el Ayuntamiento pone a su disposición el polideportivo municipal a primera hora de la tarde".

El papel de los institutos es básico, ya que gestionan el proceso desde dentro. Como explica Gabriel Álvaro, "son los que ponen todo en marcha y realizan la labor de captación y promoción. El monitor tiene dos horas a la semana para hacerlo, pero es el profesor el que mejor conoce al alumno y sus motivaciones. Por eso estamos en manos de los coordinadores de instituto y en su nivel de implicación, que se nota cuando, a igual número de alumnos, un centro tiene cuatro equipos con 70 niños y otro, un solo equipo con 12". Gabriel Álvaro recuerda centros históricos, en cantidad y calidad, como El Espinillo, de Villaverde, "que llegó a tener ocho equipos inscritos, con dos o tres en la misma categoría", el Rosa Chacel o el Alameda de Osuna, además del clásicos como el Ramiro.

Pero el coordinador del programa no resta mérito a los monitores y su apuesta por un proyecto más enfocado a la diversión y la formación que a la competición pura y dura: "Por suerte, la gente ha entendido la idiosincrasia y la filosofía de este programa y diferencia muchísimo la competición federada y los Campeonatos Escolares". En muchos casos toca cambiar el chip, "porque de los 125 monitores que tenemos en la actualidad, 115 también participan de la competición federada como jugadores, árbitros, anotadores o incluso como entrenadores. Pero entienden que aquí el fin no es ganar -insiste Gabriel Álvaro-, es que jueguen todos. De hecho, la norma así lo dice. Todos juegan, todos tienen cabida... El componente es lúdico a través de la realización de la actividad física y el deporte".

Y hay más. Los Campeonatos Escolares también juegan un importante papel en la integración social de distintos colectivos y orígenes. "Hablamos de niños que pertenecen a más de 90 nacionalidades distintas. La integración es otro de los motivos del programa", apunta el coordinador.

Ese proceso comienza con la apertura del curso escolar: "En algunos centros se incluye dentro del sobre de la matrícula una opción de Campeonatos Escolares para hacernos una idea de cuántos están interesados en participar. Normalmente, la recogida de información se produce entre los meses de octubre y noviembre. En diciembre se cierra la competición y se elabora el calendario para empezar los partidos en enero". Entre las motivaciones del programa no está la competición, pero en los niños es innata, surge por sí sola, y por eso los Campeonatos Escolares también son una cantera, una cuna de talentos. "Algunos jugadores han pasado del instituto a un club deportivo e incluso han llegado hasta las selecciones autonómicas madrileñas", dice Gabriel Álvaro, que recuerda a Santiago Erimo (cantera del Real Madrid, La Paz, San Jorge y ahora en el Mongomo Basket de la Primera División de Guinea Ecuatorial) o Isabel Bueriberi (Real Canoe, Rivas Ecópolis y Distrito Olímpico Plenilunio de LF2). Incluso la internacional Marina Lizararu (ahora en Texas Tech) pasó por el baloncesto escolar.

Pero cuando más se cumple el objetivo es cuando los que siguen son grupos enteros. Gabriel Álvaro pone el ejemplo de "una generación de chicas de El Escorial que llegó a tres finales consecutivas y ahora compite en junior en Villalba. Hay casos de equipos que se forman en edad escolar y, cuando esa etapa terminan, se marchan a un club cercano para seguir jugando juntos". Porque al final se trata de eso, de promover en los chavales el hábito de hacer deporte.

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