Por quinto año consecutivo, el Torneo Fundación Leucemia y Linfoma, organizado por la FBM y la FLL, terminará con un Real Madrid-Barcelona. El Movistar Estudiantes estuvo a punto de impedirlo en el último partido del sábado. Llegó al descanso con 21 puntos de ventaja (48-27), pero después no pudo resistir el empuje de un Barcelona dueño del rebote, que remontó hasta vencer por 68-81. El encuentro entre el Unicaja y el Real Madrid se rompió con un 0-23 en el segundo cuarto y terminó con un amplio triunfo blanco por 61-110. Madrid y Barcelona se medirán este domingo a partir de las 12:30 h., tras los duelos por el quinto y el tercer puesto.
SÁBADO 26. Jornada de tarde
SELECCIÓN INFANTIL DE MADRID 53 - MOVISTAR ESTUDIANTES 97
El Estudiantes debutaba en el torneo con el refuerzo de Héctor Alderete, nacido en 2002 pero que habitualmente juega con el Cadete A. Un síntoma de que los colegiales se tomaban muy en serio la cita del Canal. También lo demostró el parcial de salida un 0-5, que interrumpió Jorge Sánchez desde la línea de tres. Fue solo un paréntesis en ese arranque, porque Adrián Barbeito amplió la renta del Estu hasta 3-9 a los tres minutos de juego. En cualquier caso, el encuentro era imprevisible, una sucesión de ataques cortos y casi siempre acertados. Un intercambio de golpes de que sacaba más partido el Estudiantes (7-16 a 5:29), pero en el que no convenía descartar a una selección mucho más intensa que por la mañana. Las pruebas fueron el 2+1 que se cobró Adrián García tras una gran jugada de todo su equipo y el posterior acierto desde la esquina de Iván Martínez, el 14-17 que obligó a parar el crono a Alfonso Sagi-Vela. Porque la selección estaba dispuesta a todo, a empatar a 20 e incluso a ponerse por delante antes de que Marcos Pérez fijara el empate a 22 con que terminó el primer cuarto.
Con los dos equipos volcados, el partido ganaba en intensidad según avanzaban los minutos. El Estu se puso por delante gracias a un 0-6 de salida, pero en la pista saltaban chispas, sobre todo en la pintura con el duelo entre Stefan Vukcevic y Alonso Sánchez (o Alderete). Y es que el mayor problema del Estudiantes estaba en superar la gran defensa de una selección que, a 5:13 para el descanso, solo estaba tres abajo: 27-30. Y, poco después, Carlos Santiago redujo las distancias a la mínima expresión. Presionando casi desde la salida del balón, los infantiles intentaron poner en apuros al Estudiantes, pero los colegiales lograron zafarse y, gracias a su mayor acierto cara al aro, llegaron al descanso con +9 (33-42).
La diferencia aumentó en el tercero (37-55 a 6:03) con un Estudiantes ya plenamente metido en el encuentro. El triple de Jaime Govantes (el más determinante de su equipo junto a Alderete) llevó la ventaja a +19 (39-58). El Estu estaba ante su momento. Con un baloncesto vertiginoso y (lo más difícil) también pleno de acierto, se marchó hacia la victoria, como quedó claro con el 40-67 del tercer cuarto. En el último, la selección tiró de carácter para acercarse al aro colegial, pero sin inquietar a su rival, que mantuvo el mismo acierdo, ni reducir la ventaja: 44-77 a 6:40 y 53-97 al final.
UNICAJA MÁLAGA 61 - REAL MADRID 110
Unicaja y Real Madrid se jugaban un puesto en la final a una carta y todas las armas sobre la mesa, incluida la presencia de Usman Garuba en el quinteto inicial de los blancos. El Madrid salió dispuesto a confirmar su condición de máximo favorito del torneo, con un parcial de 0-6 antes de que Javier Rodríguez anotara los primeros puntos para los malagueños. Porque el Unicaja estaba dispuesto a dar guerra pese a que cuando Rodríguez volvió a anotar, de tres, el Madrid ya estaba en once. Ante la tremenda efectividad del favorito, el Unicaja oponía una rápida circulación del balón, el trabajo en defensa de todos sus hombres (en especial los interiores) y todos los tiros posibles. Así, a 4:28, el marcador registraba un ajustado 11-14. De la mano de Garuba, el Madrid emprendió una ofensiva que tuvo como consecuencia un parcial de 2-14. ¿Suficiente? Todavía no. Los malagueños respondieron a base de triples y volvieron al partido (24-28), aunque Rubén López tuvo tiempo para hacer el 24-30 con que terminó el primer periodo.
El partido mantenía el interés, aún más cuando Jeffrey Isima Godspower se coló para estrechar las diferencias. Los malagueños veían posible la sorpresa y se lanzaron a por ella, aunque sin acierto bajo el aro. Esa falta de puntería en los instantes decisivos, quizá fruto de la tensión, permitió al Madrid mantenerse por delante (26-33 a 7:21) e incluso asestar golpes de autoridad, como el mate de Garuba, el 26-35. Los cuatro puntos consecutivos de Javier Ramos-Izquierdo (26-44 a 5:14) confirmaron que el Unicaja había perdido su oportunidad en apenas dos minutos. El Madrid era una máquina de anotar, que no perdonaba (26-53, ¡parcial de 0-23!) y llegó al descanso con un +27 (32-59) ya decisivo.
Boris Tisma frena un ataque del Unicaja con Rubén López y Bassirou Faye pendientes.
El dominio del Madrid se acentuó todavía más al comienzo de la segunda parte con un parcial de 2-14. Mediado el tercer cuarto, en pleno rodillo, la diferencia ya rondaba los 40 puntos (35-74) y a diez minutos para el final, los había superado con holgura: 42-86. El Real Madrid caminaba con autoridad hacia su sexta final consecutiva en el Torneo Fundación Leucemia y Linfoma ofreciendo todo un despliegue de recursos. Haciendo fácil lo difícil, como en el robo del serbio Nikola Manojlovic que terminó en bandeja, el 44-94. Al Unicaja le quedaban los triples, como el de Adrián Ramírez, o la penetración de José García para, al menos, maquillar el resultado. Al final, 61-110, con 43 de valoración para Garuba (27 puntos y 12 rebotes). El domingo, los blancos lucharán por su cuarto título consecutivo (12:30 h.) y el Unicaja Málaga por el bronce (10:45 h.).
MOVISTAR ESTUDIANTES 68 - FC BARCELONA LASSA 81
El último (y decisivo) encuentro del sábado comenzó a toda velocidad y con mucho acierto por parte de los dos equipos: 8-8 en apenas tres minutos. Con Pablo Rico al mando, la polivalencia de Héctor Alderete y el tremendo trabajo del resto (empezando por un sensacional Jaime Govantes), el Movistar Estudiantes plantaba cara al Barcelona, teórico favorito. Los colegiales tenían mucho que ganar y poco que perder, y por eso arriesgaban desde cualquier posición. Desde el principo, el partido apuntaba a convertirse en el mejor del torneo, con enorme intensidad, equilibrio (15-13 a 3:10) y grandes dosis de talento en los dos equipos. Govantes era un ariete apuntando al aro azulgrana y, gracias a fuerza, su equipo llegó a los ocho puntos de ventaja (21-13). El triple de Adrián Barbeito amplió la diferencia a +11 e hizo saltar la señal de alarma en el banquillo de Gregor Fucka, aunque los azulgrana no pudieron evitar que el primer cuarto se cerrara con 24-14.
Héctor Alderete celebra una canasta del Estudiantes en la primera mitad.
El Barcelona apretó el acelerador al comienzo del segundo periodo con ataques más rápidos, y acertados. El Estu aceptó el pulso y también se lanzó a la canasta contraria. Los colegiales sabían que era un partido para arriesgar, a todo o nada. A 6:36 para el descanso, seguían por delante, aunque con el Barcelona siempre a un paso (28-22) y poniendo cada vez más ladrillos en su defensa. Eso sí, en ataque, los azulgrana no tenían su día, con demasiados errores en el tiro, y eso hizo que la remontada se quedara a medias. Después, llegó la hora del Estu, del hueco imposible que encontró Alderete para hacer el 30-23 a 4:30, y de los triplazos de Pablo Rico y Govantes... Otro triple, de Alejandro Villalobos, elevó la diferencia a +19 (45-26) y confirmó que el Estudiantes estaba en estado de gracia. El segundo periodo terminó con la máxima ventaja colegial: 48-27.
Jaime Ortega se cuela entre una nube de defensores del Barcelona
Pero al Estudiantes le quedaba lo más difícil, defender esa renta ante un rival como el Barcelona, que en poco más de dos minutos ya había recortado seis puntos (50-35). La segunda mitad se presentaba para los colegiales como una carrera contrarreloj, sobre todo si sus tiros no entraban y los del Barcelona sí, como el de Pau Tendero: diez puntos menos en cinco minutos. El Estu volvió a recurrir a los triples para salir del atasco y Alderete tiró de galones para tomar velocidad de nuevo (57-41 a 3:33), pero el Barcelona seguía a un paso, a 10 puntos a falta de los últimos diez minutos: 59-49. Un emocionante desenlace para el mejor partido del torneo. El Barcelona seguía mejor en el rebote y a base de multiplicar las ocasiones, los tiros tenían que acabar entrando. El de Víctor Lucas, bajo el aro, y la contra de Filip Siewruk que dejó el marcador en 61-57 y provocó el tiempo muerto de Alfonso Sagi-Vela. Al Estu ya no le valía con defender la renta porque todos los balones eran para el Barcelona. El empate a 61 llegó a 6:10. Empezaba un partido nuevo en el que enseguida cobró ventaja el Barcelona, en dinámica ganadora. Alderete resistió con un triple (64-65), pero los azulgrana ya estaban en modo rodillo, camino de la final.