XI Torneo de Liga EBA Memorial Juan Martín Caño
3ª JORNADA. Sábado 14 de septiembre
Grupo A
UROS DE RIVAS 77 - CB POZUELO ARRABE ASESORES 73
Uros de Rivas (11+21+15+30): Alejandro García, Pablo Giménez, Javier de Pinto, Álvaro Frutos, Julie Sargent -cinco inicial- Alejandro Zamora, Guillermo Ordás, Héctor Figueroa, Víctor Fernández, Eduardo Gómez, Ángel Gómez y Alejandro Relaño.
CB Pozuelo Arrabe Asesores (19+15+25+14): Adrián Escribano, Alberto de la Torre, José Luis Galocha, Marcos Estébanez, Borja López -cinco inicial- Álvaro Jiménez, Jorge Cáceres, Alberto Cañal, Alberto Arias, José Luis García y Daniel Manzanero.
Árbitros: Cañaveras y Delbaño.
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El Uros de Rivas llegó a la últim jornada con opciones de meterse en la final del domingo (si ganaba y el Real Madrid vencía por la tarde con el Estudio) y salió dispuesto a exprimirlas. Tras la canasta inicial de Alberto de la Torre, los ripenses enlazaron un 7-0 para ponerse por delante. Pese al varapalo, el Pozuelo reaccionó y no tardó en remontar con el triple de Alberto de la Torre desde la esquina, el 9-9 a 6:46. Incluso Marcos Estébanez dio la vuelta al marcador. Los de Mariano Arasa buscaban su primera victoria en Alcalá. Adrián Escribano y, especialmente, Estébanez hacían daño bajo los aros, y el parcial llegó hasta 2-13 (9-15) antes de los tiros libres transformados por Julien Sargent. Al final del primer cuarto, 11-19.
La sorpresa (al menos por lo visto el primer fin de semana) se prolongó con un parcial de 0-5. El Uros de Rvas empezaba a tener el partido cuesta arriba. Eduardo Gómez mejoró el panorama, pero el Pozuelo seguía acertado en ataque como confirmó De la Torre (ya en 7 puntos). Tocaba apretar los dientes en defensa. Así, más intensos atrás, los ripenses recortaron hasta 20-26 y provocaron el tiempo muerto de Mariano Arasa. La remontada continuó hasta el 24-26 de Eduardo Gómez, aunque José Luis Galocha la cortó de raíz con un triple. Bajo el mando del base (que encadenó otros cinco puntos), el Pozuelo aguantó, aunque al descanso solo conservaba dos puntos de renta: 32-34.
La escalada del Uros culminó nada más comenzar la segunda mitad con el triple de Héctor Figueroa, al que siguió, eso sí, otro de Alberto de la Torre. El partido estaba en un pañuelo, con los ripenses más acertados que antes y el Pozuelo contestando cada golpe. Otro triple, de Pablo Giménez, supuso el 40-39 y Escribano contraatacó enseguida... De la Torre rompió esa dinámica con el 44-49 y abrió un nuevo estirón del Pozuelo, que llegó al último cuarto con +11: 47-59. La mejoría era evidente respecto al primer fin de semana, con un mayor equilibrio entre el juego interior y el exterior. Pero aún quedaba el arreón final del Uros de Rivas. Los ripenses volvieron a apretar atrás y empezaron a arriesgar más delante. Como en el triple de Alejandro Zamora o la carrera de Guillermo Ordás. A 6 minutos para el final, la diferencia ya era solo de seis puntos (56-62)... y a 4:37, de dos: 60-62. El triple de Zamora dejó al Uros a uno (63-64) dando paso a un apasionante sprint final. El Pozuelo resistía pero, con 2:33 por delante, Sargent hizo el 69-69 desde los tiros libres y, poco después, Alejandro García voló para provocar el 2+1. El Uros de Rivas tomó el mando para imponerse (no sin trabajo) por 77-73.
REAL MADRID 104 - ESTUDIO 94
Real Madrid 104 (26+19+27+32): Javier Ramos-Yzquierdo, Urban Klavzar, Tristan Vukcevic, Stefan Vukcevic, Konstantin Kostadinov -cinco inicial- Maximiliano Solé, Owen Aquino, Javier Salsón, Nikolás Cebrián, Felipe dos Anjos y Ab Sediq Garuba.
Estudio 94 (19+13+30+32): Jorge Garzón, Eduardo Vicente, Santiago Silva, Michael Drame, Sergio Larragueta -cinco inicial- Joaquín Carrasco, Marcos Hermoso, Lorenzo Díaz, Daniel Muñoz, Armando Choque, Nicolás Miret y Gabriel Rodríguez.
Árbitros: Laguna y Grande.
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Vídeo del partido
El último partido del grupo A tenía en juego el pasaporte a la final. Al Estudio le valía con ganar. El Madrid necesitaba vencer por 31 puntos de diferencia o más. En caso de hacerlo por menos, metía en la final al Uros de Rivas. Un mate de Konstantin Kostadinov indicó que los blancos estaban dispuestos a buscar la hazaña, aunque enfrente estaba un Estudio muy sólido. A los dos minutos y medio, el Madrid mandaba por 6-4 en un encuentro que, al margen del resultado, ofrecía espectáculo. Los jóvenes talentos del Madrid competían de tú a tú pese a la mayor experiencia de su rival. Los de Aravaca aprovecharon su oficio y su estilo de juego para cobrar una ligera ventaja (10-14 a 4:46), pero con Felipe dos Anjos asegurando el rebote y Kostadinov como referente ofensivo el Madrid remontó hasta cerrar el primer cuarto con 26-19.
Maxi Solé aumentó la ventaja de los blancos al poco de empezar la segunda mitad, aunque la mejor arma estaba atrás, en la defensa, donde el Estudio lo pasaba mal para anotar. Un mate de Solé significó el 30-19, la máxima diferencia hasta ese momento. Los de Aravaca reaccionaron cuando más falta hacía, hasta el punto de encadenar un 0-7 que volvió a igualar las fuerzas. Jorge Garzón y Michael Drame terminaron de devolver al Estudio al partido con el 32-30. Pero la remontada amarilla llegó hasta ahí. El resto del segundo cuarto mantuvo al Madrid por delante, con Solé liderando al equipo y ventajas cada vez mayores hasta el 45-32 del descanso.
La segunda mitad arrancó con un intercambio de golpes que apenas cambió nada: 51-38 a los dos minutos. Aunque Santiago Silva y Drame redujeron distancias, un 2+1 de Tristan Vukcevic dejó las cosas como estaban. A esas alturas, llegar a la final era complicado para el Estudio (obligado a ganar) y también para el Madrid, que no podía abrir más la brecha. Un mate de Drame dejó a los amarillos a diez (56-46), la misma diferencia con que terminó ese tercer periodo (72-62) tras el triple sobre la bocina de Sergio Larragueta. El Madrid aprovechó su dominio del rebote para encadenar un 6-0 en minuto y medio que provocó el tiempo muerto de Borja González de Mendoza. El Estudio buscó la remontada mediante ataques rápidos (quizá demasiado) ante un Madrid más sereno, que se fue hasta +20 (89-69) gracias a cinco puntos seguidos de Tristan Vukcevic. A los blancos les quedaban seis minutos para anotar once más, pero dos triples de Larragueta complicaron demasiado el camino. Los últimos minutos fueron un intercambio de canastas, ya sin nada en juego. El definitivo 104-94 envió al Uros de Rivas a la final del domingo.
Grupo B
NCS ALCOBENDAS 82 - MOVISTAR ESTUDIANTES 60
NCS Alcobendas (19+16+20+27): David Marina, Miguel Young, Iago Ibáñez, Roberto Morentín, Nicolás Bermúdez -cinco inicial- Eduardo Martínez, Carlos Alvar Valle, Jorge Parra, Alejandro Fortes, Pablo Rodrigo, Alejandro Hernández y Ricardo Rodríguez.
Movistar Estudiantes (12+20+9+19): Hugo López, Pablo Rico, Pablo Suárez, Jaime Govantes, Pablo González -cinco inicial- Alejandro Villalobos, Nacho Condés, Eduardo Manzano, Rubén Domínguez, Daniel García-Casarrubios, Mikhail Mikhailov y Gilad Levy.
Árbitros: Semper y Cóndor.
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Vídeo del partido
Pese a que el Alcobendas ya tenía una plaza asegurada en la final, el duelo contra el Estudiantes tenía valor para los dos equipos como uno de los últimos ensayos de pretemporada. Los alcobendenses perdían a Pablo Rodrigo, tocado, mientras que el Estu recuperaba al 'Sueco' Pablo Suárez. El Alcobendas empezó por delante (4-0) y confirmó su condición de favorito con el 2+1 de David Marina que supuso el 9-3 a los cuatro minutos de juego. Poco después fue Nicolás Bermúdez quien amplió la renta. Enfrente, el joven Estudiantes no podía contener a un rival mucho más experimentado y conjuntado. De ahí el 19-3. En los últimos dos minutos, los colegiales reaccionaron con acciones como el mate a una mano de Gilad Ley o el triple de Rubén Domínguez y dejaron el marcador del primer periodo en 19-12.
El parcial a favor de los colegiales se prolongó en el segundo cuarto con cuatro puntos más que hicieron olvidar el desequilibrio inicial. El partido era otro, sobre todo cuando Mikhailov anotó bajo el aro (19-18 a 6:27), con el triple de Pablo Suárez y cuando Eduardo Manzano elevó el sorprendente parcial hasta 0-20 (19-23). Mediado el segundo cuarto, Eduardo Martínez rompió por fin la sequía del Alcobendas y los del norte de la Comunidad recuperaron el mando (31-25 a 2:17) pero en medio de un encuentro loco, de rachas, que llegó al descanso con 35-32.
Si Suárez y Domínguez mostraban su talento en el Estudiantes, Roberto Morentín aprovechaba su fuerza en el Alcobendas. Cada equipo tenía sus armas, aunque un parcial de 8-0 en menos de tres minutos provocó el tiempo muerto de Sergio Jiménez. Enseguida, Suárez (con un triple) y Mikhailov (con cuatro puntos seguidos) dieron aire al Estudiantes (46-39 a 5:32), pero, a pesar de los intentos colegiales, el tercer cuarto fue para el Alcobendas, que llegó al último con +14: 55-41. La distancia creció aún más nada más empezar ese último periodo. Ni los 2,15 de Levy, ni la puntería de Manzano (58-45) o Suárez (60-48) pudieron con un Alcobendas sólido como una roca, que mantuvo su ventaja e incluso la amplió apoyado, entre otros pilares, en el gran trabajo bajo los aros de Alejandro Fortes (18 puntos y 12 rebotes).
BALONCESTO ALCALÁ 82 - ZENTRO BASKET MADRID 74
Baloncesto Alcalá (13+19+22+28) Óscar Méndez, Carlos Gómez, Juan Gabriel Martínez, Fidel Gómez, Adama Lo -cinco inicial- Mario de la Sen, Juan López, Carlos Abentín, Álex Punzón, Ignacio González, Sergio Rodríguez y Samuel Laguna.
Zentro Basket Madrid (26+24+13+11): Pedro García, Ailton Lopes, Ismael Herrero, Erik Persson, Cristóbal Gana -cinco inicial- Imru Duke-Toussaint, Pablo Pérez, Diego Fernández, Adrián Sánchez, Vincent Gielen, Michal Pluta y Juanjo Santana.
Árbitros: Iglesias y Adán.
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Vídeo del partido
El último partido de la fase de grupos enfrentaba al anfitrión (y debutante en EBA) Baloncesto Alcalá con el Zentro Basket, dos equipos que había causado una notable impresión en el primer fin de semana. Y el comienzo respondió a las expectativas, con marcador apretado (6-5 a los tres minutos) y un baloncesto rápido e incisivo en ambos bandos. Como en el fulgurante 8-5 de Óscar Méndez. El Zentro Basket dio la vuelta al marcador con un parcial de 0-5... y el triple del especialista Erik Persson contribuyó a mantener la ventaja: 8-13 a 5:0). Poco después llegó el de Ismael Herrero. Los de Fernando Reborio empezaban a desplegar su tremenda pegada (tanto por dentro como por fuera), que les llevo a cerrar el primer cuarto con 13-16.
El bombardeo se prolongó en el segundo con el triple de Persson, aunque los complutenses demostraron que a triples no se quedan atrás (lo confirmarían más tarde) e Ignacio González hizo desde lejos el 20-29. Para escaparse en el marcador había que usar más armas, como la moviidad de Imru Duke, Pedro García o una de las novedades, Juanjo Santana. Así, con toda la artillería sobre la mesa, el Zentro se escapó hasta 20-35 y llegó al descanso con 18 puntos de ventaja (32-50) que parecían definitivos.
Sin embargo, el Baloncesto Alcalá no se daba por vencido como confirmó su salida del vestuario. Los complutenses emprendieron la remontada con acciones de raza, como la trabajada canasta de Méndez, el 42-56. El Zentro Basket mantenía un colchón de puntos pero no debía confiarse. El triple de Ignacio González dejó a los anfitriones a trece (45-58) y cuando Juan Gabriel Martinez rompió la barrera de los diez (49-58) encendió al público de Espartales. Lo mismo que en el triple de Carlos Gómez: 52-60. A falta del último cuarto (54-63) aún podía pasar cualquier cosa... y sobre todo después de dos triples consecutivos de Carlos Gómez que dejaron al Baloncesto Alcalá a un paso: 60-63. Bajo el aliento de Espartales, los complutenses veían posible la remontada, que llegó inmediatamente con otro triple, este de Fidel Gómez: 64-63 a 8:40. Ignacio González prolongó aún más el bombardeo con el undécimo triple de su equipo y el parcial se extendió hasta 18-0 antes de que Ailton Lopes matara bajo el aro: 72-65 a 5:58. El Baloncesto Alcalá llegó a ponerse diez arriba (75-65) y a 2:10 mantenía cinco (77-72) en un final trepidante, e inesperado diez minutos antes. Juan Gabriel Martínez remató la faena al culminar una jugada colectiva. Con una remontada imposible, el Baloncesto Alcalá demostró que está preparado para competir con cualquiera.